Por José Vázquez
¿Qué es poesía? A esta pregunta podemos responder sencillamente aplicando el concepto generalizado de la RAE: manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa. Pero hay que reconocer que esta definición se queda bastante corta. Para profundizar más la respuesta, podemos recordar aquellas palabras que el gran poeta y dramaturgo español Federico García Lorca, le brindó a su compañero Gerardo Diego:
-Federico, ¿qué es la poesía?
– La poesía es algo que anda por las calles. Que se mueve, que pasa a nuestro lado. Todas las cosas tienen su misterio, y la poesía es el misterio que tienen todas las cosas. Se pasa junto a un hombre, se mira a una mujer, se adivina la marcha oblicua de un perro, y en cada uno de estos objetos humanos está la poesía… Por eso yo no concibo la poesía como abstracción, sino como cosa real existente, que ha pasado junto a mí.
Así respondió García Lorca a esta corta y gigante pregunta. En resumen, la poesía es algo que vive en todos lados y en todas partes, está frente a nuestros propios ojos, no es una simple idea.
Pero, en la actualidad recae otra pregunta aún más importante que la que nos hicimos al principio y que tenemos que responder sí porque sí. ¿Para qué sirve la poesía? Veamos. El sistema económico que rige en nuestro país se ha encargado, a través de su superestructura ideológica, de tergiversar la poesía reduciéndola a un simple recurso literario hablante de generalidades de sentimientos igualmente manipulados y engatusados, además de que ha recluido a la poesía a permanecer únicamente en las bibliotecas impidiendo que el pueblo tenga acceso a ella.
Hay que decirlo sin tapujos, la cosa se complica mucho más cuando nos damos cuenta de que el actual gobierno de la Cuarta Transformación con sus equivocadas reformas al sistema educativo público nos ha obligado a dar pasos agigantados hacia el atraso en este ámbito. Causan preocupación los datos que muestra la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en su Plan Educativo Nacional como “Escenario inercial 2013-2023”, y estos indican que “si México continúa bajo las mismas estrategias de atención del fenómeno (…), el escenario sería como sigue: Hacia 2023, la tasa general de rezago se reduciría en algo menos de ocho puntos porcentuales, pero el monto de personas en rezago sería de 29.7 millones, es decir, solamente 2.6 millones menos que en 2013. Además, si bien los montos de población analfabeta y sin primaria completa disminuirían en términos absolutos, la población sin secundaria completa aumentaría de 17.1 millones en 2013 a 17.4 millones en 2023”, además de que “tan solo en el ciclo escolar 2022-2023 un millón 285 mil 670 alumnos no regresaron a la escuela” (lopezdoriga.com, estudio Educación con Rumbo).
Si solamente hablamos de lectura, la situación no es tan distinta. El Módulo Sobre Lectura 2023 (Molec), elaborado por el Inegi, demuestra que del 2016 al 2023 el porcentaje de la población de 18 años y más, lectora de los materiales considerados por el Molec, tuvo una diferencia de 12.3 puntos, es decir, pasó de un 80.8% hasta 68.5%. “Por tipo de material de lectura, los libros tuvieron la mención más alta entre la población lectora: 40.8% señaló haber leído, al menos, un libro en los últimos 12 meses; 37.7% mencionó la lectura de páginas de Internet, foros o blogs; 23.6% dijo que leyó revistas; 18.5%, periódicos y 6.1%, historietas”.
Y qué decir de la profanación que la Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo contra los libros de texto gratuitos, modificando y alterando todo su contenido por órdenes del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador. Ahora los estudiantes de primaria aprenderán menos de matemáticas, sabrán poco de ciencia, pero conocerán la fraudulenta historia de AMLO y Morena. En síntesis, la educación pública que esta 4T le está dando a la juventud mexicana está reproduciendo las relaciones sociales de producción y creando generaciones a las que se les complica razonar profundamente para darse cuenta de que están siendo consumidas por el capitalismo.
Entonces, ¿cuál es la relación de esto con la poesía? ¿Para qué nos sirve la poesía en todo esto? Como ya sabemos, el pueblo mexicano tiene acceso limitado a la lectura, por razones ajenas a su propia voluntad, pues existe toda una manipulación ideológica por parte del Estado que mantiene al pueblo constreñido en ideas individualistas que se dan de golpes contras las aspiraciones, igualmente individualistas, de los individuos del resto de la sociedad. Y si el pueblo no puede acceder por su propia cuenta a la lectura de la poesía y demás libros, hay un gigante en México que es capaz de llevarle la poesía (el arte y cultura en general) hasta donde se encuentre el pueblo mismo.
Este gigante se llama Movimiento Antorchista Nacional, quien ha organizado eventos masivos para que el pueblo pueda disfrutar de la poesía en su máximo esplendor. Ejemplo de esto es que el pasado 23 de septiembre Antorcha realizó en las principales capitales de los estados del país la muestra de declamación como homenaje al gran poeta chileno Pablo Neruda, por motivo de los 50 años de su fallecimiento. Pero, al siguiente día, también se llevó a cabo la Eliminatoria Estatal con rumbo a la I Jornada Nacional de Concurso de Voces próxima a realizarse. La muestra de declamación fue un éxito al igual que la eliminatoria de voces, y la I Jornada Nacional de Concurso de Voces será todavía más majestuosa. Pues, como lo adelanté en mi opinión pasada, “no hay nadie más que haga lo que hace Antorcha en el ámbito artístico y cultural, nadie, ni siquiera las mismas instituciones gubernamentales”.
Lo único que este gobierno pseudoizquierdista promueve son conciertos y eventos con “artistas” de mala calidad para que el pueblo se sienta agradecido con este falso gobierno de los pobres y para que ignore las crisis de inseguridad y de violencia que estamos viviendo en el país. Totalmente contrario a esto, Antorcha es la única organización que se preocupa porque el pueblo se llene de arte y cultura. Y aquí la poesía cumple una función fundamental: la poesía purifica el alma y transforma la conciencia del ser humano; la poesía educa y transforma al hombre para convertirlo en un hombre de bien que sea realmente capas de involucrarse en colectivo con los demás hombres para organizarse y luchar para lograr una verdadera transformación de la sociedad en beneficio de la clase trabajadora. ¡Para eso sirve la poesía!
Los antorchistas somos conscientes de que la tarea no es fácil y de que hace falta mucho por hacer, estamos sabedores de que cada uno de nosotros tiene su responsabilidad para lograr la concientización del pueblo mexicano. Por eso aprovecho para invitar a mis compañeros que no tienen el gusto de conocer la poesía a que lean poesía; invito a mis compañeros amantes de la poesía a que escribamos poesía comprometida con la causa del proletariado, los invito a que liberemos a la poesía de las bibliotecas y la esparzamos por todo el pueblo, pues la poesía necesita del pueblo y este de ella: Poesía para el pobre, poesía necesaria/ como el pan de cada día,/ como el aire que exigimos trece veces por minuto,/ para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica (“La poesía es un arma cargada de futuro”, Gabriel Celaya, 1955).