Por Mario García
El domingo 17 de septiembre, en la colonia Tecayehuatzin ubicada en la cabecera municipal de Huejotzingo, en el estado de Puebla, el profesor Valentín Gómez Gabriel se encontraba en su domicilio particular descansando después de una semana de actividades escolares y otras que realiza en servicio a la comunidad. Y como alguien que tiene la conciencia tranquila, el profesor tenía las puertas de su casa abiertas y se encontraba totalmente despreocupado de cualquier eventualidad.
Alrededor de las 3:30 de la tarde se detuvo frente al domicilio citado, una camioneta gris, de la cual bajó un individuo portando un machete y un martillo e irrumpiendo en el interior de la casa le gritó al profesor Valentín:
“¡Te vas a morir, perro!”
Este y otros gritos parecidos despertaron la alarma entre los vecinos, quienes acudieron para ver qué estaba sucediendo y pudieron percatarse de que un individuo con un machete en una mano y un martillo en la otra agredía al profesor Valentín en la propia sala de su casa. La intervención oportuna de los vecinos logró detener la agresión y que este intento de asesinato se quedara en eso, en un intento.
Gregorio Trinidad Amaro Macuil es el nombre del agresor y potencial asesino del profesor Valentín. Es necesario decir que Gregorio Trinidad Amaro Macuil tiene antecedentes de asesinato, bien conocidos por los habitantes de la región, pues hace años este individuo asesinó y después de cometer el crimen se fue a esconder en el vecino país de Estados Unidos, de donde regresó hace un tiempo y se empezó a relacionar con ciertos delincuentes que operan en la zona y todo esto es del dominio público, por lo que seguramente los cuerpos policiacos están o deberían estar enterados del tipo de alimaña que es el tal Gregorio Trinidad Amaro Macuil.
Por ese motivo es causa de asombro la actuación de la policía en el caso que estamos refiriendo, pues el día de los hechos narrados para empezar la policía tardó en llegar al lugar a pesar de que los vecinos llamaron inmediatamente, requiriendo la presencia policiaca de manera urgente. Finalmente, al llegar la policía, los vecinos hicieron entrega del agresor a los policías municipales y estos mismos pudieron percatarse de que el agresor se encontraba al interior del domicilio particular referido y de ahí ellos mismos lo trasladaron a una patrulla mientras que una de las señoras policías en una bolsa de plástico trasladó el machete y el martillo que había portado el agresor y los guardó al interior de una de las patrullas. En ese momento los policías ya estaban revisando la camioneta gris en la que había llegado el potencial asesino y de la camioneta sacaron varios objetos que trasladaron también al interior de una patrulla, acto seguido engancharon la camioneta a una grúa y se la llevaron del sitio en que estaba. Todo esto, eso sí, lo realizaron con mucha diligencia.
Era evidente que la presencia de los vecinos incomodaba a los señores policías, pues en un momento comenzaron a portarse insolentes, ordenando a las personas que se retiraran, porque estaban estorbando; ante la respuesta digna y firme de los vecinos, a los policías no les quedó más remedio que continuar sus “diligencias” y comenzaron a exigir que el profesor Valentín subiera a una de las patrullas para llevarlo a dar sus declaraciones. Como el que nada debe nada teme, el profesor subió a la patrulla y fue conducido a la comandancia municipal y una vez ahí le hicieron saber que se encontraba en calidad de detenido y comenzaron a presionarlo para que, si quería salir libre, firmara un documento donde reconocía que no había tal atentado contra su vida, sino que todo había sido una riña. ¡La actuación policiaca es motivo de asombro!
Cuando se supo de la detención arbitraria del profesor Valentín, muchas personas se trasladaron a la comandancia municipal para exigir su liberación inmediata, ante lo cual después de varias horas se presentó el director de seguridad pública municipal quien dijo que la detención del “presunto agredido” era una orden superior. Así como se está leyendo: “¡una orden superior!”
Ante la afluencia numerosa de personas que exigían la liberación inmediata de Valentín Gómez, quien es el agredido y no el agresor, este fue puesto en libertad alrededor de las 10 de la noche. Para el día de hoy, 20 de septiembre de 2023, en que se está escribiendo esto, se sabe que el agresor quien está recluido en prisión, tiene una audiencia ante el juez. Y la pregunta está en el aire, o más bien la duda, pues la actuación de la policía municipal da motivo para ello. Según la versión policiaca se trató de una riña, pero existen muchos testigos de que no fue así. Y, además, insisto, en la zona se sabe que el agresor tiene antecedentes de asesinato. Gregorio Trinidad Amaro Macuil es un asesino ligado a la delincuencia de la zona que no ha pagado sus delitos, sea porque tiene mucha suerte o porque cuenta con muchas influencias. ¿Cómo procederá la justicia ahora que ese delincuente está en sus manos?
La moneda está en el aire: ¿se aplicará todo el peso de la ley contra ese delincuente o se le dejará en libertad para que siga delinquiendo? Si es esto último, mucha gente estará en riesgo de ser víctima del homicida y lo que pueda ocurrir en el futuro con los ciudadanos pacíficos, será responsabilidad absoluta del juez que hoy dicte una sentencia.