A primera hora de la mañana del viernes 15 de septiembre, el sindicato United Auto Workers (UAW) convocó huelgas contra los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses. Ford, General Motors (GM) y Stellantis (la fusión de PSA y Fiat Chrysler) porque se negaron a responder a las demandas de aumentos salariales en un 36 por ciento y mejoras en las prestaciones de los trabajadores, como la reducción de la semana laboral a 32 horas, porque las semanas son de 50 y hasta 60 horas en caso de necesidad de la empresa.
El sindicato, también exige poner fin al sistema de empleo escalonado por niveles que en que los nuevos trabajadores a tiempo completo cobren menos durante muchos años y tengan menos “prestaciones sociales”: cobertura sanitaria y pensiones.
Los miembros de la UAW de la planta de General Motors en Wentzville (Misuri), de la planta de Ford en Michigan y de la planta de Stellantis en Toledo (Ohio) fueron los primeros en abandonar sus puestos de trabajo en la medianoche del viernes. En los próximos días, mientras continúan las negociaciones, serán otras empresas las llamadas a la huelga.
Los que no hagan huelga trabajarán con un convenio colectivo caducado, aunque siguen disfrutando de las protecciones del statu quo. El problema de este tipo de huelga sectorial rotativa es la presión ejercida por la dirección, que amenaza a los trabajadores acusados de seguir trabajando, aunque el convenio colectivo haya expirado. Por ello, la UAW está publicando vídeos en las redes sociales para informar a los empleados de que sus derechos siguen activos.
“Hemos trabajado duro para intentar llegar a un acuerdo basado en la justicia económica y social para nuestros miembros”, declaró el presidente de la UAW, Shawn Fain, en un discurso pronunciado a última hora del jueves 14 de septiembre, antes de la medianoche, fecha límite para iniciar la huelga. “Nos hemos mantenido firmes. Estamos decididos a conseguir un acuerdo con las Tres Grandes que refleje los increíbles sacrificios y contribuciones que los miembros de la UAW han hecho a estas empresas… El dinero está ahí, la causa es justa, la gente nos observa y la UAW está dispuesta a plantar cara… Esto es un hito para nosotros”.
Las últimas ofertas hechas públicas por las Tres Grandes a la UAW incluían aumentos de hasta el 20 por ciento, por parte de Ford, las demás son inferiores, en un convenio para cuatro años, pero las propuestas se han quedado hasta ahora muy por debajo de las exigencias del sindicato en materia de salarios, ajustes del coste de la vida, prestaciones a los pensionistas y otras cuestiones clave.
El consejero delegado de Ford, Jim Farley, que el año pasado se llevó a casa casi 21 millones de dólares en compensación total, declaró a la CNN que la presión de la UAW por un aumento salarial de casi el 40 por ciento “nos dejaría fuera del negocio”. Shawn Fain lo calificó de “broma”.
“El coste laboral de un vehículo es el 5 por ciento del vehículo”, dijo Shawn Fain desde la línea de piquete frente a la planta de montaje de Ford en Michigan. “Podrían duplicar nuestros salarios y no subir el precio de los vehículos, y seguirían ganando miles de millones de dólares. Es mentira, como todo lo que sale de sus bocas”.
Entre 2013 y 2022, según un análisis del Instituto de Política Económica publicado el 12 de septiembre, los tres grandes fabricantes de automóviles obtuvieron unos beneficios totales de unos 250 mil millones de dólares, lo que supone un aumento del 92 por ciento, y sus consejeros delegados recibieron un aumento salarial del 40 por ciento. Los fabricantes de automóviles también recompensaron a sus accionistas con 66 mil millones de dólares en dividendos y recompra de acciones.
Los salarios de los trabajadores del automóvil, mientras tanto, cayeron más de un 19 por ciento desde la crisis automovilística de 2008, cuando los trabajadores, en realidad la dirección de la UAW, renunciaron a los ajustes por el coste de la vida y a otros beneficios para ayudar a los grandes fabricantes de automóviles a mantenerse a flote.
En su discurso a última hora del jueves, Shawn Fain instó a los sindicatos locales que aún no están en huelga a “seguir organizándose” para “demostrar a las empresas que estáis preparados para uniros a la huelga en cualquier momento”. Esta estrategia hará esperar a las empresas, se refiere a la estrategia de huelga selectiva, que puede bloquear un proceso de producción, como ha hecho a veces IG Metall en Alemania. Esta estrategia dará a nuestros negociadores nacionales la máxima influencia y flexibilidad en las negociaciones. Y si tenemos que llegar hasta el final, lo haremos. Todo está sobre la mesa.
El viernes 15 de septiembre por la tarde, la UAW está organizando lo que Shawn Fain denomina una “concentración masiva” ante un edificio de Ford en el centro de Detroit, a la que se espera que asista el senador estadounidense Bernie Sanders, independiente por Vermont. “Tenemos que demostrar al mayor número posible de personas que estamos librando la lucha correcta”, dijo Shawn Fain.