Una investigación del parlamento británico muestra que el gobierno del Reino Unido censuró las opiniones disidentes sobre el Covid-19 a través de una Unidad de Lucha Contra la Desinformación (Counter disinformation unit – CDU) creada al inicio de la pandemia.
La CDU está bajo la dirección de Sarah Connolly, especialista en derechos humanos de la universidad de Cambridge. Se desconoce a cuánto asciende el presupuesto de la CDU, pero ahora se habla de que cuenta al menos 50 empleados, a los que habría que sumar los de una firma especializada en inteligencia artificial que trabaja con esa entidad del gobierno británico.
El Daily Telegraph publicó, el 1º de septiembre, que en la CDU hay representantes de los servicios secretos británicos (MI5, MI6 y GCHQ) y de la BBC.
En violación de la libertad de expresión, la CDU británico hizo que se retiraran de internet así como de las transmisiones de radio y de televisión de la BBC opiniones disidentes sobre el Covid-19, como las del profesor Carl Heneghan y Molly Kingsley y las del doctor Alexandre de Figueiredo sobre las medidas anticovid hacia los menores de edad.
Esa agencia británica presionó en secreto a las redes sociales en general, pero parece haber encontrado dificultades con Twitter, actualmente X.