La cumbre de la OTAN celebrada en Vilna, capital de Lituania, rechazó el ingresó de Ucrania a la alianza militar; aunque, lo que se dijo fue que, Ucrania no recibió la invitación para unirse hasta que concluyera la guerra con Rusia y cumpliera los requisitos, como ser un gobierno democrático.
Esto sucedió así, no sólo porque los amos occidentales de Volodomír Zelenski están molestos porque no pudo justificar los millones de dólares con los que se le ha apoyado para sufragar los gastos de la guerra y porque conforme al artículo 5 de los Estatutos de la OTAN, se establece que un ataque a un miembro de esta alianza militar, debe considerarse como un ataque a todos los estados integrantes; la aceptación del ingreso de Ucrania, entonces, significaría una declaratoria de guerra contra Rusia que por los resultados militares actuales se pronostica la inevitable derrota de Ucrania y sus aliados no están dispuestos a verse envueltos en este conflicto.
No obstante, lo principal es que en el terreno militar, la victoria de Ucrania no parece posible ni en teoría; por lo que, Estados Unidos empezará a persuadir a líderes europeos para que se pronuncien sobre la necesidad de negociar para que Biden pueda aparecer con imagen de “pacificador” frente a las próximas elecciones de su país.
Alemania fue uno de los principales opositores para que Ucrania ingrese a la OTAN, prohibió a Zelenski dar declaraciones a la prensa al margen de la cumbre; aunque le dieron el premio de consolación de “garantías de seguridad” para el régimen de Kiev; sin que hubiera un pronunciamiento conjunto sobre lo que significan esas garantías.
La cumbre de la OTAN en Vilna estaba preparada para festejar el triunfo de Ucrania sobre Moscú, pero, la violencia de los combates fue imprevista y sin precedentes, por lo que, la derrota de la contraofensiva ucraniana es evidente, no había nada que aplaudir. Entonces, en la reunión de Vilna, pusieron en primer plano el posible ingresó de Suecia a la alianza, luego de que Recep Tayyip Erdogan primer ministro de Turquía acepto respaldar el proceso de unión, una vez que Turquía fuera aceptada en la Unión Europea.
Mientras tanto, la respuesta de Zelensky fue abrupta porque lamento la falta de un plazo para la admisión de Ucrania a la OTAN, lo que consideró como absurdo. Está respuesta es comprensible, porque Zelesnki sabe que sus fuerzas militares están diesmadas en grado sumo y cree que su ingreso a la alianza militar es la tabla de salvación, pero por sus implicaciones internacionales que significarían el inicio de la tercera guerra mundial, está claro que no es correcto ni conveniente que Ucrania ingrese a la OTAN.
Además, Estados Unidos ha demostrado ya, que no luchará por Ucrania, que sus promesas de “seguridad” son falsas porque no esta dispuesto a quedar destrozado después de un enfrentamiento con una potencia nuclear como Rusia. El riesgo para el gobierno norteamericano sería muy alto y no ganaría nada.