Primero de junio. Son las 9:15 am y el histórico Paseo Bravo de la capital poblana ya está lleno de comerciantes. Comienzan a conglomerarse en filas. Muchos van con esos mandiles que usan al despachar en sus locales del mercado.
Mujeres en medio, todas con banderas. Los hombres en las orillas, en valla. Algunos comerciantes emocionados empiezan a tomarse fotos juntos: están felices de marchar codo a codo. Yo también.
Los comerciantes, sobre todo los ambulantes, siempre han sido calificados como violentos o peligrosos, pero hoy conocí lo que verdaderamente son. En medio de ellos, escuchándolos firmes exigiendo justicia y paz en su mercado, acompañados hasta por los integrantes más pequeños de sus familias, supe que se trataba de seres humanos tranajadores, pacíficos, tranquilos, clamando por justicia, seguridad y libertad para organizarse con quien ellos decidan.
“¡No queremos ser de la 28!”, gritaron una y otra y otra vez. La calle sentía su coraje. La gente salía de sus casas, de sus escuelas, de sus negocios, para verlos marchar.
El miércoles 24 de mayo por la tarde, un grupo de porros de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de Octubre llegó al Mercado Amalucan a exgir que todos se afiliaran a esa organización, para que todos pagaran la extorsión que conlleva la membresía. De los 104 locatarios, 85 dijeron que no. Los porros golpearon brutalmente a 10 de ellos y a una familia. Caras desechas a golpes, cabezas fracturadas y cuerpos maltratados por los palos con los porros. La 28 les dijo: no, aquí nadie se puede rebelar.
Los comerciantes pidieron ayuda del gobierno municipal. Eduardo Rivera se comprometió. Pero las cosas siguen igual o peor: el Mercado Amalucan sigue tomado por los porros de la 28 de Octubre. Nadie, sin permiso, puede entrar.
El contingente de comerciantes de Amalcan avanzó por varias calles del Centro Histórico de Puebla. Los medios de comunicación llegaron desde muy temprano y entrevistaban a los comerciantes y ninguno se echó para atrás. Nadie tenía miedo de decir a viva voz que no quieren ser de la 28. Nadie tenía miedo de exigir intervención de las autoridades y nadie tenía miedo de señalar que a pesar de haber sido agredidos también funcionarios del ayuntamiento, no ha habido detención alguna en contra de los integrantes de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de octubre.
También participaron colonos del norte y del sur, porque claro, una de las cualidades más bellas de un antorchista es sentir como propio cualquier ultraje cometido contra sus hermanos de clase. Todos a una sola voz, gritaban con furor las consignas de la organización. La gente los veía, pero sin desdén, esta vez parecía que el público sabía que la lucha es justa. Y es que los mercados o establecimientos que están bajo el dominio de la 28 de Octubre son focos de crimen, robos, violencia o venta de drogas. Los comerciantes de Amalucan no son las únicas ni las primeras víctimas de la 28.
El contigente avanza. Muchos vendedores ambulantes se fueron sumando a la marcha. Había un vendedor ambulante con su carrito de supermercado en el que trasladaba aguas de sabor para vender. Eso me llamó la atención. Todo el trayecto acompañó la porotesta y, en algún punto, la emoción le ganó y hasta las consignas se puso a gritar.
¡Qué bonito hablan los comerciantes! Cuando tomaron el micrófono me dejaron sorprendida. Ingenuamente podríamos pensar que no sabrán cómo hacerse escuchar, que no encontrarán las palabras adecuadas para explicarle a quien los escucha cuál es el problema, pero no. Sí saben y saben bien.
Uno tras otro, tras otro, exigían a las autoridades que hagan su trabajo, que pongan orden, que velen por la seguridad de los poblanos y que no solapen a delincuentes como los de la 28.
“¡Llevamos más de 45 años trabajando aquí, la 28 no lleva ni 3 años siendo parte del mercado y ahora busca adueñarse a la mala de un recinto que alimenta a cientos de familias humildes, no lo vamos a permitir!”. ¡Bien dicho! Todos contestaban, no había un solo comerciante que no estuviera atento, que no contestara cuando le preguntaran al público si no estaban encabronados por las acciones de la 28.
Finalmente, terminó la jornada de hoy. “Nos veremos de nuevo aquí, en algún momento las autoridades nos tendrán que dar la cara. Si no quisieron atender a los mil comerciantes, ya veremos con tres mil, cinco mil o los miles que sean necesarios. Porque no desistiremos, ese mercado será trabajado, seguirá siendo el sustento de las familias y velaremos porque cuenten con un ambiente seguro. Labraremos para las próximas generaciones espacios seguros, porque nuestro ideal, es faro de victoria”, dijo Francisco Machorro, líder del comercio antorchista.