La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) anunció que ya revisó las rutas de evacuación, mientras que las actividades están regresando a la normalidad.
Asimismo el comité científico del Cenapred ha determinado mantener el semáforo de Alerta Volcánica de Amarillo Fase 3.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, tras hacer un recorrido por la ruta de evacuación no. 2 y tener una sesión con el organismo científico, refirió no tener control sobre cuánto dure, pero sí sobre la comunicación entre autoridades y ciudadanos.
«No sabemos cuánto dure esta fase, puede ser un día, una semana, dos semanas, no tenemos control de ello… lo único que puedo garantizar es la comunicación objetiva», indicó.
La Alerta Amarilla Fase 3 que establece el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) ante la actividad actual del volcán Popocatépetl, significa continuar con las actividades de preparación, tanto para autoridades como para pobladores.
Científicos prevén meses de intensa actividad volcánica
Tras cientos de explosiones y más de 40 horas seguidas de emisiones, los investigadores apuntan a que el volcán se estabilizará, sin una erupción dramática, pero con niveles altos de actividad.
El vulcanólogo Robin Campion aseguró que es un escape de gas continuo que genera mucho ruido y lleva consigo los fragmentos incandescentes y la ceniza.
Mientras que la investigadora Ana Lillian Martin en una conferencia organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que los próximos vientos se dirigen a Ciudad de México —donde el sábado se desató el caos en el ya saturado aeropuerto internacional de la capital por el cierre durante unas horas de las pistas—. “La probabilidad de que la ceniza se dirija a Ciudad de México es muy alta. Sabemos que durante el invierno las cenizas van hacia Puebla, pero a partir de mayo, en junio y julio es hacia Ciudad de México”.
“Lo que estamos viendo en términos geológicos es algo pequeño”.
Dentro del Instituto de Geofísica se contempla que cada 70 años el volcán se reactiva, dura un tiempo despierto y después se vuelve a dormir. Desde hace casi tres décadas está con un ojo abierto. En este último periodo de actividad se han registrado muchos episodios como el de ahora: ocurrió en diciembre de 1994 y en 2000, también en 2012, en 2019 y 2020.
Los picos de energía de estos días de mayo todavía no han superado, por ejemplo, los de inicio de siglo. “En la actividad del 2000 se evacuó a 42.000 personas, 14.000 se fueron a albergues. No estamos en esa situación ni en esa condición”, señala el investigador Carlos Valdés. Esa misma idea la apuntala Carlos Gutiérrez Martínez, director de Investigación del CENAPRED: “El volcán tiene una edad de al menos medio millón de años. Sin querer minimizar el problema, lo que estamos viendo en términos geológicos y volcánicos es algo pequeño”.