La semana pasada, Xi Jinping presidente de China conversó mediante una llamada con Volodymyr Zelenskyy presidente de Ucrania; al finalizar la conversación, este la calificó como “larga y significativa”. Por su parte, Beijing anunció más tarde que nombraría un enviado para trabajar hacia un acuerdo de paz.
Si China está realmente interesado en lograr la paz en Ucrania, estará considerando lo difícil que será, cerrar la brecha entre Kiev y Moscú. Considerando que el plan de paz de China para Ucrania, publicado a principios de este año, no incluye la retirada de las tropas rusas; quizas, porque los rusos han señalado que sobre el territorio conquistado no hay punto de retorno; pero los ucranianos exigen la desocupación del territorio ocupado.
Por otra parte, Ucrania anunció hace unos días una contraofensiva que pudiera implicar hasta la retirada de suelos ucranianos para que lo ocupe Rusia y luego atacar para destruir a los rusos, es decir, se trataría de una emboscada.
La opinión predominante en Washington y en muchas capitales europeas es que los ucranianos deberían recibir la mayor cantidad de apoyo posible antes de su contraofensiva. El objetivo ucraniano es lograr una victoria decisiva que ponga fin a la era de Putin. Pero eso es poco probable. Un resultado más probable es que Ucrania fortalezca su posición en el campo de batalla antes de las conversaciones de paz.
No obstante, China podría desempeñar un gran papel en poner fin a este brutal conflicto. Por diferentes motivos: .Primero, porque los ucranianos entienden que Xi tiene una influencia única sobre Putin, si decide utilizarla, pues, frente a las sanciones occidentales, Rusia depende de China para mantener a flote su economía.
Y también porque EEUU está cada vez más interesado en encontrar una manera de poner fin a la guerra en Ucrania, porque cuanto más dure el conflicto, más difícil será mantener un consenso occidental sobre la inversión de miles de millones de dólares en ayuda militar y económica a Ucrania.