La Fiscalía del Estado de México reclasificó la muerte de Octavio Ocaña de homicidio culposo a doloso después de que la familia del actor recabara pruebas para demostrar que éste fue asesinado y no murió de manera accidental ni por suicidio.
Un peritaje independiente realizado por la familia de Ocaña confirmó que el actor fue sometido y ejecutado.
El abogado de la familia, Francisco Hernández, indicó que, tras investigaciones de peritos de la Comisión Nacional de Derechos humanos (CNDH) emitió una recomendación por la violación de los derechos humanos del actor y sus acompañantes.
Detalló que entre las violaciones detectadas se encuentran al debido proceso, la certeza jurídica así como el derecho a la vida.
La versión oficial ofrecida por la Fiscalía mexiquense aseguraba que Ocaña portaba un arma de fuego cuando policías de Cuautitlán Izcalli le marcaron el alto y que al intentar evadirlos chocó sobre la Chamapa-Lechería, impacto por el cual se disparó de manera accidental en la cabeza y murió.
Sin embargo, el nuevo análisis pericial concluyó que el joven de 22 años “no realizó ninguna acción tendiente al suicidio”.
Respecto a los impactos de bala en la camioneta en la que viajaba el perito determinó que se realizaron con un calibre superior a la pistola calibre .380 implicada en los hechos.
El informe concluía que Octavio Ocaña fue bajado de la unidad y sometido en el piso con la cara hacia el lado derecho, para acto seguido, recibir un disparo en el cráneo a una distancia de poco más de un metro.