Por Lirio Dení García Córdova
“El poder marea, cambia a los hombres, sobre todo a aquellos que no están vacunados contra los halagos y el incienso. Los hombres grandes de verdad, los aptos para gobernar a los pueblos, mientras más alto suben, más bajo y más hondo miran, es decir, más humildes y comprensivos se muestran con los débiles. Los demás tienden a endiosarse y, sobre todo, si se les deja, terminan en dictadores”. No hay sentencia más clara en la que propios y extraños, antorchistas y no antorchistas, amigos y enemigos, encuentren la descripción de quien hoy lleva las riendas del país. Es inevitable que cualquiera que la lea evoque la imagen del inquilino de palacio y de nadie más. Les guste o no.
Ésta y otras aseveraciones del mismo peso encontramos en el libro De la esperanza a la decepción, publicado por la Editorial Esténtor y de la autoría del Ing. Aquiles Córdova Morán, que se presentó la semana pasada en una jornada nacional que inició el pasado miércoles 19 de abril en el Club de periodistas de la CDMX, en varios foros de distintos estados.
Dicho libro recopila una serie de comentarios, artículos y pláticas del Ing. Córdova Morán desde el 2001 hasta 2020, en los que hace la crítica escrita más objetiva sobre el desempeño de Andrés Manuel López Obrador, misma que no se fundamenta en la denostación ni en la ofensa, sino en el análisis de las propuestas que se instrumentaron durante sus gestiones como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, como estandarte de la oposición en su tránsito del PRD a Morena hasta 2018, y como presidente de la República, en sus primeros años.
Es necesario remarcar que este trabajo es objetivo, irrefutable y visionario porque es científico. El autor ha señalado en múltiples ocasiones que desde su juventud abrazó con ferviente cariño el estudio del materialismo dialéctico para analizar la historia y la realidad que lo rodea. Este método científico, herencia del marxismo en el mundo, es el que le ha permitido afinar la quirúrgica capacidad de explicar un fenómeno, una coyuntura, una política económica o social, de modo que no hay quien pueda refutar sus argumentos.
Sorprende encontrar retratada, en cada uno de los escritos, la realidad que hoy vivimos. A modo de los vates de la antigüedad, como Tiresias, el autor logra sin pretensiones vaticinar el futuro, como si pudiéramos vernos hoy, en un espejo. Se pone en tela de juicio la infructuosa medida de apoyar con recursos directos, la eliminación de obra social de impacto para las grandes mayorías, el desmantelamiento de las instituciones y el creciente intento de erigir a López Obrador como una figura omnipotente, para concluir por qué muchas de esas políticas han hecho más daño que beneficio al país.
Asimismo, aborda, con impecable pulcritud, la defensa genuina de su proyecto: el trabajo de la organización más grande y estructurada que existe en el país y que después de haber sufrido un embate continuo de cinco años desde el púlpito mañanero, sigue tan firme y tan sólida como siempre. Probablemente el ejecutivo apostó a que el cierre presupuestal a la obra social, la denostación sin mayores pruebas, las calumnias y los constantes llamados al desprecio público provocarían que esta organización desapareciera… sin embargo, señala su autor con puntualidad: Antorcha desaparecerá el día que desaparezca la injusticia social. Mensaje que sus adversarios políticos siguen sin entender.
Remarca con precisión en uno de sus artículos: “Lo que nosotros necesitamos es que se resuelvan los problemas de la gente trabajadora (…), como vivienda, trabajo, educación para sus hijos, medicina, ropa, calzado y alimento; ¿cuál de los partidos se preocupa realmente por darle eso a la gente? Ninguno. Ninguno”. Y mientras el abandono siga siendo la vara con la que se trata al pueblo, Antorcha seguira encontrando razón de ser. El combate a la injusticia social es el que mantiene a esta gran organización en pie y no la venia, patrocinio o apoyo de ningún partido político.
Por ello, esta obra debe ser lectura obligada para el pueblo humilde de México. No está hecha para adornar estantes, no está hecha para guardarse en las grandes bibliotecas del país. Su destino es las manos del pueblo y su mejor método de aprovechamiento, la lectura colectiva. La gran ventaja, además, es que hoy por hoy, su autor sigue regalándonos nuevos artículos visionarios en los que nos advierte los riesgos por venir… y ¡ay de aquellos que no quieran escucharlo!
