Por Diana Segovia
Del 6 al 14 de mayo, el Movimiento Antorchista Nacional celebrará de manera presencial en Tecomatlán, Puebla, cuna del antorchismo, la XXI Espartaqueada Deportiva Nacional, la cual se hace posible gracias al arduo y constante trabajo de la Comisión Deportiva Nacional (CODENA), que dirige Samuel Aguirre Ochoa, líder del trabajo político de Veracruz.
Luego de resistir el largo periodo de encierro que trajo consigo la pandemia de Covid-19, se llevará a cabo un evento deportivo que es único en su tipo y que responde a la necesidad de educar y elevar al pueblo de México, tarea que el antorchismo se ha planteado desde su nacimiento y que ha venido perfeccionando de manera coherente con las actividades culturales y deportivas que impulsa desde hace más de cuatro décadas.
Durante toda una semana, 25 mil deportistas provenientes de toda la República se darán cita en Tecomatlán para competir en atletismo, natación, basquetbol, futbol, voleibol y beisbol. Lo cierto es que, si el lector no lo tiene presente, el trabajo antorchista ha logrado que en dicho municipio existan las condiciones adecuadas para llevar a cabo todas estas competencias, ya que se cuenta con instalaciones deportivas de primer nivel, las cuales fueron obtenidas a través de la gestión y la lucha organizada que caracteriza a este movimiento revolucionario.
El deporte por el que Antorcha pugna tiene por objeto arrancar de las garras de la gran empresa de espectáculos y entretenimiento el monopolio del deporte, en otras palabras, arrebatar lo que al pueblo le ha sido arrebatado, generando con ello que los mexicanos tengan la plena conciencia de que el deporte debe dejar de ser una mercancía y de que es a través de la actividad deportiva que el ser humano puede engrandecer su espíritu, lo cual necesita para enfrentar su realidad, así como para decidirse y dar la lucha contra esta sociedad desigual.
Como bien lo dijo Samuel Aguirre Ochoa, líder del antorchismo veracruzano, la organización busca que el deporte sea para todos, por lo que el movimiento “lo rescatará y lo impulsará con el espíritu con el que lo crearon los griegos: el espíritu educativo y formativo de hombres y mujeres grandes, que busquen la gloria para su país y sean ejemplo para los demás; ejemplo de disciplina, ejemplo de trabajo abnegado, de seres limpios en su actuar, de hombres y mujeres solidarios con el prójimo, valientes y con espíritu de triunfadores”.
La práctica del deporte permite que hombres y mujeres (sin importar edad) adquieran resistencia, flexibilidad, fuerza y agilidad. A la par de esto, los seres humanos que practican el deporte compiten para superarse, para medirse con otros seres humanos, con el único y medular objetivo de superarse a sí mismos. Esto es de suma importancia, porque la sana competencia somete a las personas a una introspección que le permite autocriticarse, escarbar las fallas hasta la raíz, para luego superarlas y así transformarse. Esto es lo que hace y busca el deporte antorchista. Se trata de una justa revolucionaria, porque a diferencia de muchos otros eventos, las Espartaqueadas buscan eliminar del deporte ese carácter comercial y de mercancía que el capitalismo con su ideología egoísta e individualista ha sembrado de generación en generación. Es necesario eliminar el espíritu capitalista de competir por dinero y hay que abrirle paso a un deporte que permita la evolución de las personas y permita que la humanidad sea más justa y equitativa.
Como dijo Aquiles Córdova Morán en la inauguración de la última justa deportiva previa a la pandemia, “la tarea única y fundamental es organizar y educar al pueblo trabajador y que en esta tarea los recursos de los que nos valemos, los medios de los que echamos mano, son de muy variada naturaleza, porque para transformar la mente del individuo no se puede echar mano de un solo recurso, sino utilizar todos los recursos. Para cambiar el modo de sentir y de pensar de los antorchistas y del pueblo humilde, publicamos revistas, libros, periódicos, volantes, hacemos marchas, plantones y mítines, y también hacemos cultura, como el teatro, el canto, el baile, la declamación, y hacemos deporte de alta calidad. Todo eso tiene el objetivo y fin de enseñarle a la gente a entender la vida y a sentirla; enseñarle a la gente a que piense correctamente su realidad. Y en esta tarea el deporte es un factor decisivo. Practicar deporte es tener salud, conservar un buen estado de ánimo y tener una mejor sensibilidad mental. El deporte es la mejor manera de fortalecer el cuerpo y de hacernos también de un pensamiento vigoroso, profundo, que nos oriente y esclarezca las dificultades del mundo”.
Hay que hacer deporte para transformarnos, transformar a México y al mundo, por ello, termino con lo siguiente: invito a los jóvenes y la gente a que se acerquen a nosotros, como lo dijo una vez el maestro Aquiles Córdova: “Con el corazón en la mano, no les impongo nada, no quiero aparecer como manipulador, pero sí los llamo a que conozcan a Antorcha, a que se sacudan toda la mugre que se ha dicho sobre nosotros, que nos conozcan, que no crean lo que les dicen. ¿Qué les cuesta comprobar por sí mismos? Antorcha es otra cosa”. Prueba de ello es el trabajo deportivo y cultural de nuestro movimiento.
