Los 27 ministros de Defensa de la Unión Europea se reunieron en Estocolmo; también estuvieron presentes, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg y el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell.
Los ministros aprobaron el plan, presentado por el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el español Josep Borrell, para la “compra conjunta de munición de grueso calibre”.
Asistió a la reunión, el ministro de Defensa de Ucrania, país no miembro de la Unión Europea, quien “explicó las exigencias militares de Ucrania” y Borrell declaró: “Estamos en tiempos de guerra y debemos tener, perdonen que lo diga, una mentalidad de guerra”.
El plan presentado por Borrell consiste en: suministrar municiones de 155 mm, provenientes de la reserva de todos los integrantes de la UE; establecer un acuerdo conjunto de compra de esas municiones; que se financiaran con dinero del fondo denominado “Facilidad Europea para la Paz” (EPF), que ya ha destinado a ese objetivo 3 mil 600 millones de euros, provenientes de los bolsillos de los contribuyentes europeos.
Con esas medidas pretenden garantizar el incremento a largo plazo de la producción de municiones en Europa, apoyando la industria bélica para garantizar por largo tiempo los envíos a Ucrania.
Josep Borrell anunció además que “a fines del mes de marzo, habrán entrenado más de 11 mil soldados ucranianos y a fines de año, a 30 mil”.
A la fecha, la Unión Europea ha asignado 18 mil millones de euros, igualmente provenientes de los bolsillos de los ciudadanos europeos, para apoyo militar a Kiev.
Con estas acciones, la Unión Europea entra así, abiertamente en guerra contra Rusia, asumiendo como propia, la peligrosísima estrategia de Estados Unidos y la OTAN.