A causas de intereses políticos individuales, los integrantes de la dirigencia de Morena en Puebla han disputado el control del partido; específicamente los miembros del Comité Ejecutivo Estatal (CEE).
Según reportes de fuentes al interior del partido, en los últimos días han sido despedidos trabajadores de la estructura del secretario de Finanzas, Jorge Mota Jiménez, situación que ha provocado crisi al interior del partido.
Cabe señalar que Mota Jiménez, fue una pieza clave del barbosismo. Arribó a la dirigencia tras haber operado “con éxito” una parte del acarreo para la consulta popular por la Revocación de Mandato y la afiliación de Morena, como documentó CENTRAL.
Este debilitamiento, ocurre mientras el secretario General de Morena en Puebla, Agustín Guerrero Castillo, busca afianzar su posición. Lo mismo ocurre con la dirigente, Olga Romero Garci-Crespo. Ambos intentan colocar a personas cercanas a ellos.
Quien también ejerce presión para colocar a sus alfiles es la titular de Comunicación, Juana Marmolejo Sánchez. Es esposa del exsecretario de Educación estatal y aún aspirante a la gubernatura de Puebla, Melitón Lozano Pérez.
Lo único que mantenía unido a este grupo, era la “lealtad” al exgobernador Miguel Barbosa Huerta. El mandatario fue quien operó para que el Consejo Estatal del partido los eligiera como miembros del CEE, el 20 de agosto del 2022. Aquella votación quedó manchada por señalamientos de imposición.
No es el único problema que ha tenido la dirigencia estatal. La exedil de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca, los ha señalado de bloquearla para asumir como secretaria de Mujeres, cargo por el que fue electa.
El pasado 20 de febrero, en sesión del Consejo Estatal, Karina Pérez dijo que la dirigencia cometía violencia política de género por no dejarla trabajar. La consejera y subsecretaria de Igualdad Sustantiva, Vianey García Romero, la acusó de ocupar la bandera del feminismo en beneficio.