La semana pasada, varios países occidentales tomaron, al unísono, la decisión de cancelar la red social TikTok.
Desde finales de febrero, la Casa Blanca anunció que sus agencias federales tenían 30 días para eliminar la plataforma de todos los dispositivos, y sus contratistas contaban con 90 días para hacerlo.
Las 27 naciones de la Unión Europea, en bloque, fijaron el 15 de marzo como fecha límite a sus funcionarios para desinstalar la aplicación de los teléfonos corporativos y de los móviles personales conectados a la red móvil oficial.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, lo expresó de esta manera: “hemos decidido que para el personal y el equipamiento del Gobierno no haya acceso a TikTok debido a las dudas de seguridad. Esto puede ser el primer paso y puede ser el único paso que demos, pero en cada paso nos aseguraremos de proteger a los canadienses”.
El argumento central de Occidente se relaciona con el posible espionaje que favorecería al Gobierno chino, lo que para ellos luce peligroso en momentos en que las tensiones geopolíticas se elevan de manera exponencial.
El bloqueo al desplazamiento de TikTok representa mucho más que un problema de uso estratégico de información y puede responder también al desarrollo geocultural de los nuevos tiempos.
A raíz de la pandemia, la red social china TikTok se convirtió en el coloso de las redes sociales.
En 2022, el número de usuarios de la red aumentó un 45 por ciento, a escala mundial, convirtiéndose en la red con mayor crecimiento de los últimos años. Mientras tanto, otras redes sufren un estancamiento en relación a la cantidad de usuarios.
El portal de estadísticas Statista considera que el crecimiento de TikTok es “meteórico” y su cantidad de usuarios solo es sobrepasado por Facebook (calificado en Rusia como organización extremista), una red que viene recalentando su progresión, con claros signos de agotamiento.
Según datos de ByteDance, TikTok cuenta en el mundo con más de mil 50 millones de usuarios activos por mes. Solo en EE.UU, la red social tiene 140.6 millones de usuarios activos. La Unión Europea estima que más de 125 millones de personas utilizan mensualmente TikTok en su territorio.
Pero es en el sector de jóvenes y adolescentes donde el favoritismo de la TikTok se impone.
Una empresa china está disputando un terreno que se creía monopolizado por la industria cultural y sus “derivados en red” de Occidente, mientras China se limitaba a desarrollar la producción material.
El año pasado, el vicepresidente sénior de Google, Prabhakar Raghavan, reconoció que los jóvenes de 18 a 24 años están utilizando cada vez más TikTok como buscador y que la empresa para la que trabaja está perdiendo terreno contra la compañía china.
Según Reuters, TikTok tuvo ingresos por 58 billones de dólares en 2021. Esto significa que una empresa china está disputando un terreno que se creía monopolizado por la industria cultural y sus “derivados en red” de Occidente, mientras China se limitaba a desarrollar la producción material.
TikTok ha supuesto un cambio de este paisaje, sobre todo al ganar favoritismo entre los jóvenes del mundo, lo que ha llevado a Washington a tomar decisiones aceleradas para frenarle.
La censura a una red social de entretenimiento supone la instauración de un mundo cuya tendencia no se dirige a la mundialización y liberalización, sino al bloqueo y obstaculización del intercambio cultural global.