Puebla, Puebla. Como cada 8 de marzo, las calles de la capital poblana se llenaron de clamor, gritos, consignas y el representativo color morado para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y su lucha en contra de la violencia de género.
Con pancartas, consignas y vestidas de morado, más de 50 mil mujeres de la tercera edad, infancias, personas con discapacidad, de la diversidad sexual, abortistas, afrodescendientes y universitarias clamaron justicia, seguridad y que se hagan valer los derechos de las mujeres, como el derecho a la interrupción legal del embarazo.
En esta ocasión, la protesta se dividió en una serie de marchas con diferentes horarios, convocadas también por madres de desaparecidas, estudiantes y políticas.
La primera movilización fue del colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, la cual comenzó en la Comisión de Búsqueda, para exigir a las autoridades que los ayuden a encontrar a sus madres, padres, hijas e hijos, esposos, esposas, y demás familiares que aún no aparecen.
Por su parte, la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP) también llevó a cabo una serie de actividades para unirse a la lucha de las mujeres, entre las que destacó la colocación de un “tendedero” de denuncias los alumnos y profesores acusados de presunto acoso y agresiones.
Acto seguido, las manifestantes salieron rumbo a Paseo Bravo con el objetivo de sumarse a la marcha que saldría a las 17:00 horas de El Gallito hacia el zócalo y concluiría en la Fiscalía General del Estado.
Entre las movilizaciones con mayor impacto, resaltó la del Frente Feminista Radical, toda vez que a la cabeza del grupo marcharon mujeres con infancias, adultas de la tercera edad y personas con discapacidad.
Esta manifestación partió de la Fiscalía con rumbo al Congreso de Puebla, donde decenas de granaderas se encontraban esperándolas, sin embargo, no se registraron enfrentamientos durante esta marcha.
Este año, los diferentes colectivos decidieron concluir en la Fiscalía para señalar la incompetencia y la violencia que desde esa institución se reproduce al abandonar a las víctimas y acumular carpetas de investigación sin resolver.