El analista político Markku Siira publicó un artículo titulado “Henry Kissinger y el déficit de liderazgo mundial” en el que da a conocer que el centenario político estadounidense argumenta que se necesitan desesperadamente líderes, quien manifiesta su temor de que la sociedad corre peligro como consecuencia de la falta de liderazgo. Aquí una síntesis.
El autor reconoce que Kissinger es realista aunque es elitista, que cree que muy pocas personas tienen el talento de liderazgo necesario para crear, defender o reformar un marco internacioanl frágil.
“Los grandes líderes, dijo Kissinger, deben salvar la distancia entre la opinión pública de sus propios países y los compromisos que son inseparables de la diplomacia internacional. Deben ver el estado actual del mundo con la suficiente claridad como para comprender lo que es posible y sostenible. También deben ser capaces de persuadir a sus compatriotas para que acepten soluciones que, inevitablemente, suelen ser compromisos decepcionantes”.
Un liderazgo así requiere una rara combinación de capacidad intelectual, educación y una comprensión intuitiva de la política que pocos poseen.
Las circunstancias excepcionales solían hacer surgir a los líderes necesarios, pero ahora Kissinger teme que en el mundo actual ya no sea así. Se pregunta si la cultura actual se ha erosionado hasta el punto de que las sociedades ya no disponen de la sabiduría necesaria para preparar a las nuevas generaciones para el liderazgo. Muchos otros se han preguntado también si el mundo del futuro próximo estará moldeado por la idiocracia de la comedia de ciencia ficción estadounidense.
No se trata sólo de que la política de identidad liberal atonte la educación, sino también de cómo una cultura mediática más visual e Internet están afectando a la conciencia colectiva, minando la concentración y un examen profundo y holístico de los hechos. Los medios de comunicación también crean una gran presión para conformarse, de la que es difícil que escapen los políticos.
Un globalista occidental de dentro considera que el problema del orden mundial es ahora cada vez más difícil. La lucha entre las grandes potencias se intensifica, China plantea a Occidente un desafío más complejo que la Unión Soviética y la confianza internacional en la hegemonía estadounidense ha disminuido.
Las tensiones geopolíticas están aumentando y la guerra cibernética y las tecnologías de inteligencia artificial han entrado en escena. Kissinger cree que los retos actuales requieren habilidad política y sabiduría clásica, cuya carencia ha llevado a populistas y tecnócratas a gobernar mal el mundo.
Aunque en lo general podría decirse que Henry Kissinger tiene razón, el modelo de líderes que destaca son promotores del sistema expoliador capitalista y ese tipo de líderes han conducido al mundo por el camino equivocado.