Por Leticia Montagner
La censura ha existido desde antes de Cristo, el disentir de los gobiernos y de las autoridades y no ajustarse a sus principios, provoca que se busquen mecanismos para evitar dar a conocer Información que afecte la imagen de personajes de las esferas de poder y que impacte negativamente en la opinión pública.
A lo largo de la historia, especialmente en Europa se fueron sofisticando las formas de censura, en la Edad Media se encarcelaba a los Juglares por difundir datos que dañaran a la nobleza, a la realeza, pero sobre todo a la Iglesia.
Con la aparición de la imprenta, surgieron los “censores” que determinaban qué se publicaba y que no, si se contravenían las indicaciones la pena podía ser cortar la lengua, las manos y hasta la muerte. Posteriormente surgen otro tipo de censuras disfrazadas, como las Advertencias, el Impuesto al Timbre, la Inquisición, la Caución, entre otras.
El denominador común del poder, cualquiera que este sea para ejercer la censura, es el autoritarismo arbitrario y absolutista que es particular de las dictaduras. Cuba, Venezuela, Perú y Nicaragua son los países que tienen la sanción penal más alta para este “delito” en América Latina.
La Ley sobre Delitos de Imprenta redactada en 1917, fue abrogada en la Cámara de Diputados en noviembre de 2020 por 470 votos a favor, aunque faltó la ratificación del Senado de la República y hoy una Diputada Federal zacatecana de Morena, Bennelly Hernández Ruedas intenta revivir esa Ley obsoleta y que hoy día cuenta con varias leyes que abordan los temas de calumnia y difamación. En noviembre de 2020 correligionarios de la susodicha legisladora criticaron agriamente a la mencionada Ley.
Entre los argumentos para la desaparición de la Ley de Imprenta, las y los legisladores morenistas señalaron que atentaba contra la libertad de expresión y que “en el pasado se usaron para reprimir la libre imprenta y mantener a raya el periodismo”, según afirmó la diputada del partido oficial, Rocío Barrera Badillo.
El mismo Senador de la República Ricardo Monreal, siendo Diputado Federal, se pronunció a favor de revocar esa Ley afirmando que los artículos 6º y 7º constitucionales ya contemplan la libertad de expresión y de prensa y en la Cámara Baja afirmó que la reforma es un “error estratégico y político”.
Parece que los y las diputadas de Morena en su afán de defender y blindar a Andrés Manuel López Obrador demuestran su ignorancia sobre el tema y caen en lo ridículo, cuando el Presidente exhibe todos los días su embate a los periodistas y medios de comunicación, pero sobre todo que sabe defenderse solo y él mismo, irónicamente, ya rechazó el dictamen aprobado en la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados.
El periodismo mexicano no puede permitir este abuso desde el poder. Un tema que parece de forma, pero que tiene mucho fondo.
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