Vaya que le llovió duro a la titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte de Puebla, Elsa María Bracamonte González, durante su comparecencia ante el Congreso del Estado el pasado viernes.
Desde dentro, es decir, con los diputados, y, desde fuera, con la gente de a pie, la demanda fue una sola: ¡que renuncie!
Y es que, durante su comparecencia, tristemente solo pudo presumir que pegaron ‘estampitas’ en los camiones para que las mujeres ‘sepan’ identificar el acoso, como si esto fuera algo del otro mundo. Y tuvo que reconocer que faltan, por ejemplo, los botones de pánico, o las videocámaras, para tener mayor seguridad.
Y, lo peor, fue cuando le cuestionaron un presunto desvío de recursos. La panista Guadalupe Leal Rodríguez, en su turno de la palabra, el echó en cara que “no le soluciona a las personas, no le soluciona a los transportistas, 90 por ciento del transporte, en voz de usted, es chatarra, utiliza el transporte público para el acarreo (…) y por ahí dicen que usted tiene una caja chica (…) Si es consciente de que no ha cumplido con sus funciones y nos queda a deber”.
“Lo más sensato es que nos de su renuncia”, dijo.
Y, afuera, al mismo tiempo que Elsa Bracamonte presumía cifras que, después supimos, eran falsas, un nutrido grupo de manifestantes le recriminaban que no atienda las demandas de los transportistas.
Los cientos de ciudadanos se dijeron inconformes, en primer lugar, por el cobro de la verificación y, en segundo, porque muchos de ellos son transportistas y no han encontrado en la Secretaría de Movilidad y Transporte el apoyo que tanto presume, al contrario, ¡puras trabas!
Y, aún con todo esto en su contra, Bracamonte, como si nada la inmutara, se atrevió a decir que si sus resultados no eran los mejores era porque a su secretaría ¡le falta dinero! ¿A su secretaría, o a ella?