El reporte anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre perspectivas, de estimación del crecimiento del empleo para este año informa que tendrá un avance únicamente 1% debido al contexto de “policrisis” que vive el mundo.
La economía global se encuentra ante una crisis cuyas características fundamentales son el aumento de precios y de desempleo, además del estancamiento del aparato productivo, escenario que le pondrá un freno al mercado laboral, el cual se prevé que tenga un crecimiento de apenas 1% a lo largo de 2023, que sólo cubre una ínfima parte del empleo requerido por la población en edad de trabajar.
Esto, retrasa la recuperación total del empleo tras el impacto de la pandemia hasta después de 2025, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“A raíz de la actual coyuntura de desaceleración, muchos trabajadores se verán obligados a aceptar empleos de peor calidad, con frecuencia insuficientemente remunerados, y, en ocasiones, sin contar con las horas de trabajo necesarias.
Por otro lado, habida cuenta de que los precios aumentan a un ritmo más rápido que los ingresos nominales por trabajo, la crisis asociada al coste de la vida podría aumentar el número de personas en situación de pobreza. Esto se suma a la amplia caída de ingresos registrada durante la crisis de Covid-19, que en muchos países afectó en mayor medida a los grupos de bajos ingresos”, se puntualiza en el reporte.
Ante el escenario actual de “policrisis”, la OIT recortó en 0.5 puntos su previsión para el crecimiento del empleo en 2023, el cual se estima ahora que será de 1.0% en el año, lo que representa una importante desaceleración frente al avance de 2.3% observado preliminarmente en 2022.
La OIT incluyó por primera vez en su reporte el concepto de “déficit de empleo”, y que se considera la medida más amplia de las “necesidades no satisfechas” de trabajo, pues además de abarcar a las personas desempleadas también contempla a quienes desean laborar, pero no buscan una oportunidad activamente, ya sea porque están desalentados o porque tienen otras obligaciones que les impiden hacerlo, como las tareas de cuidado.
En 2022, el déficit de empleo a nivel global fue de 12.3%, lo que abarca a 473 millones de personas con la necesidad de trabajo. Tal como en otras mediciones, este indicador refleja que las mujeres son las más afectadas, con un déficit de 15.0%, frente a un 10.5% para los hombres.
Con información de El Economista