La voluntad de China de pasar a comprar petróleo del golfo Pérsico en yuanes está conduciendo a la formación de un nuevo orden energético mundial, escribió el periódico “Financial Times”.
“Aunque China lleva algún tiempo comprando cantidades cada vez mayores de petróleo y gas natural licuado a Irán, Venezuela, Rusia y partes de África en su propia divisa, la reunión del presidente Xi Jinping con los líderes saudíes y del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG) en diciembre pasado, marcó “el nacimiento del petroyuan”, afirmó el analista de Credit Suisse Zoltan Pozsar, al detallar que se está configurando “un nuevo orden energético mundial” entre China y Oriente Medio.
Según él, “China quiere reescribir las reglas del mercado mundial de la energía”, como parte de un esfuerzo más amplio de desdolarización de los países del grupo BRICS y muchas otras partes del mundo. Este proceso se activó después de que Estados Unidos haya convertido las reservas de divisas en dólares en una herramienta de represalia.
La edición explicó que eso llevará, primeramente, a que más comercio, como inversiones en refinerías, productos químicos y plásticos de petróleo se hará en yuanes, debido a la intención de China de aumentar las importaciones de los países del CCEAG y trabajar para lograr una “cooperación energética multidimensional” en los próximos tres a cinco años.
Además, supondría un enorme cambio en el comercio mundial de la energía. En este fondo Pozsar subrayó que Rusia, Irán y Venezuela representan el 40% de las reservas probadas de petróleo de la OPEP, y todos venden petróleo a China con grandes descuentos, mientras que los países del CCEAG representan otro 40% de las reservas probadas. El 20% restante se encuentra en regiones de la órbita rusa y china.
Asimismo, se destaca el hecho de que el mercado del petróleo esté dominado por países que tienen, al menos en términos de economía política, más en común con China que con EEUU y que los chinos ofrecieran a sus contrapartes una “red de seguridad” financiera al hacer el yuan convertible en oro en las bolsas de oro de Shanghái y Hong Kong.
El periódico apuntó que hay unas importantes implicaciones económicas y financieras del comercio del petroyuan para los responsables políticos y los inversores.
Por ejemplo, el hecho de que la empresa química alemana BASF redujera su planta principal de Ludwigshafen y trasladara sus operaciones químicas a Zhanjiang muestra que la perspectiva de energía barata ya está atrayendo a las empresas industriales occidentales.