En Suiza, como en otros países, la sociedad civil se ha manifestado frente a la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Ginebra para exigir que se renuncie a la propiedad intelectual de las vacunas y tecnologías Covid-19.
Miles de millones de seres humanos en el mundo todavía no tienen acceso a las vacunas y otros tratamientos esenciales, lo que origina un problema de salud pública. Los países ricos, entre los cuales se encuentra Suiza, presionan para conservar su acceso privilegiado a los descubrimientos científicos.
El derecho a la ciencia está lejos de ser reconocido universalmente: millones de personas no tienen acceso a las vacunas ni a los medicamentos eficaces y seguros, como sucedió especialmente durante la pandemia causada por el coronavirus. Esta situación persiste pese a que las vacunas llegaron al mercado en tiempo récord gracias a las inversiones públicas y al intercambio de conocimientos científicos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la alianza público-privada mundial para las vacunas, GAVI, declararon que las vacunas contra la Covid-19 constituían un bien público mundial, pero no lograron asegurar que fueran distribuidas equitativamente a través del mecanismo COVAX, creado precisamente con ese objetivo. Como resultado, solo el 15% de las personas que viven en los países de bajos ingresos recibieron al menos una dosis. Porcentaje que contrasta con el 72% de los individuos vacunados en las naciones de alto ingreso.
Uno de los nudos más difíciles de deshacer para que el acceso a los beneficios de la ciencia constituya un derecho universal atañe a las patentes sobre descubrimientos científicos, que siguen impidiendo a los países más pobres producir por sí mismos y a menor costo las vacunas y otros productos médicos.
Las disposiciones sobre propiedad intelectual permitieron a empresas como Pfizer/BioNTech y Moderna mantener el control sobre la producción y distribución de vacunas contra el coronavirus.
Pfizer/BioNTech y Moderna afirmaron, en su defensa, que el desarrollo de sus vacunas fue posible gracias a inversiones privadas que asumieron riesgos y que el abandono de las patentes comprometería el futuro apoyo de esas inversiones. Estas empresas incrmentaron sus ingresos en 2021 con aumentos de 495 millones de dólares en 2020 a 19 500 millones para BioNTech y de 803 millones a 18 500 millones para Moderna.