El 4 de diciembre marcharon miles por las calles de Puebla en “defensa de la Cuarta Transformación” convocados, y encabezados, por Miguel Barbosa.
Este miércoles 14, diez días después, de esos miles apenas decenas acompañaron el cuerpo del gobernador en los tres homenajes que tuvo.
No hubo una gran caravana acompañándolo, solo los de siempre; “el pueblo” brilló por su ausencia.
Eso sí, la clase política no faltó a la cita. Todos buscando montar “guardia” para despedirse por última vez del gobernador.
En Casa Aguayo las ansias por aparecer “en la foto” fueron más, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador acudió al último homenaje con gran parte de su gabinete.
Y la política poblana, la “vieja” y la “nueva” -que se jactaba de haber formado Miguel Barbosa-, iba detrás del mismo objetivo. Un puesto está vacante y es el más importante en el Estado. 2024 está a la vuelta de la esquina y todos los grupos políticos buscan que quien llegue a Casa Aguayo sea alguien que pueda apoyarlos en sus aspiraciones.
Ya suenan varios nombres e, incluso, el rumor de que se tendría que cambiar la ley para que alguien pueda ocupar el puesto. Veremos en los días que siguen cuál es el rumbo que toma Puebla.