«Si Rusia deja de ser un proveedor, el sistema sufrirá una gran merma que será muy difícil de arreglar», advierte Dario Scaffardi, ex director general de una refinería italiana.
El mundo se enfrentará en los próximos meses a una escasez de gasóleo mientras que crisis de suministro desatadas en casi todas las regiones del planeta agravarán la inflación y sofocarán el crecimiento económico, pronosticó Mark Finley, investigador de energía de la Universidad de Rice (Houston, EE.UU.), citado por Bloomberg.
El precio de este combustible, según el medio, el «más esencial» para la economía mundial, podría alcanzar precios todavía más altos y esto repercutirá en todo, desde los costos de los alimentos hasta las facturas de la calefacción de los hogares. Solo en Estados Unidos, donde las reservas de diésel están en su punto más bajo para esta época del año, su encarecimiento supondrá un golpe de 100 mil millones de dólares para la economía, calculó el experto.
Se prevé que los depósitos del noroeste de Europa también alcancen su nivel más bajo este mes y que caigan aún más a principios de primavera, poco después de que se implementen las sanciones antirrusas que recortarán el suministro marítimo de la región.
«Es, sin duda, la mayor crisis de gasóleo que jamás he visto», afirmó Dario Scaffardi, ex director general de la refinería italiana Saras SpA, con una experiencia de casi 40 años en el sector.
El diésel en el mercado al contado del puerto de Nueva York, que es una referencia clave, ha subido aproximadamente un 50 % este año. El precio ya alcanzó los 4,90 dólares el galón a principios de noviembre.
Sin embargo, la situación podría ser aún más dramática con el inminente alejamiento del suministro ruso por parte de la Unión Europea, ya que su dependencia del gasóleo es mayor que el de cualquier otra región del mundo, recalca el medio.
«Si Rusia deja de ser un proveedor, el sistema sufrirá una gran merma que será muy difícil de arreglar», dijo Scaffardi.
Según datos de la empresa Vortexa, unos 500 millones de barriles al año son suministrados a la UE por vía marítima y alrededor de la mitad de estos se carga en puertos rusos. EE.UU. también ha interrumpido las importaciones desde Rusia, su gran proveedor para la costa este del país.
Asimismo, la escasez de combustible a nivel mundial ha hecho más rentable para exportadores como China e India enviar cargamentos a los países europeos. Se espera que las exportaciones de combustible chino aumenten en 500 mil barriles diarios, hasta alcanzar casi 1.2 millones de barriles a finales de año, pronostica la consultora del sector FGE.
Todavía no queda claro si estos envíos serán suficientes para cubrir la brecha existente en el suministro mundial, mientras los países más pobres sufren al no poder permitirse unos precios disparados, advierte Bloomberg. En este contexto, naciones como Sri Lanka, Tailandia o Vietnam están intentando proteger a los consumidores de la subida de precios adoptando medidas de emergencia.
Con información de RT