Afirma que no hay indicios de que se tratara de un ataque intencionado contra Polonia.
No hay indicios de que la caída de un proyectil no determinado en Polonia, cerca de la frontera con Ucrania, haya sido un ataque intencionado contra el país, declaró este miércoles el presidente polaco, Andrzej Duda.
Señaló que lo más probable es que fuera un misil del sistema de defensa aérea S-300 de fabricación soviética, producido en la década de 1970. “Por el momento no tenemos pruebas de que haya sido un misil disparado por la parte rusa”, dijo, añadiendo que existe una alta probabilidad de que fuera un misil proveniente de la defensa antiaérea ucraniana.
Polonia no considera que sea necesario activar el artículo 4 del tratado de la OTAN, sobre consultas en caso de amenaza, según indicó el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. «Pero este instrumento todavía está en nuestras manos y aún no hemos tomado una decisión», destacó.
El presidente de Polonia ha calificado la caída del misil de “accidente”. Ayer, escuchamos la histeria de los funcionarios y políticos polacos. ¿Las agencias polacas que se permitieron arrebatos antirrusos y convocaron al embajador ruso en Polonia Serguéi Andreev a medianoche no quieren disculparse?, comentó al respecto la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Este martes un proyectil no determinado cayó en la localidad polaca de Przewodów, en la provincia de Lublin, que se encuentra cerca de la frontera con Ucrania. Se reportó que impactó en instalaciones para el secado de granos, dejando dos víctimas mortales.
Inicialmente surgieron varios reportes de que el misil que cayó en territorio polaco era ruso, y se insinuó que se trataría de un ataque directo a un país de la OTAN al que la alianza debería responder.
Sin embargo, según Reuters, que cita sus fuentes en la OTAN, el presidente estadounidense, Joe Biden, también informó a los socios de la Alianza y del G7 de que la explosión había sido causada por un misil de defensa antiaérea ucraniano.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia señaló que las declaraciones de “varias fuentes ucranianas y de funcionarios extranjeros sobre la supuesta caída de “misiles rusos” son una provocación deliberada con el fin de una escalada de la situación”.