Que el sistema educativo en el país es malo no es una novedad. México nunca ha podido consolidar un sistema a nivel nacional que verdaderamente forme jóvenes capaces en todos los ámbitos escolares; las pruebas estandarizadas internacionales en las que México sale reprobado son una prueba de ello.
Luego, en 2020 la educación se enfrentó al enorme reto de sortear las dificultades que la pandemia impuso. A dos años de esto, hoy vemos qué tan mal vamos.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) en Puebla aplicó la “Evaluación Diagnóstica Integral de las y los Aprendientes en el Estado de Puebla, Ciclo Escolar 2022-2023”, que examina el desempeño de los estudiantes -desde maternal hasta bachillerato- en diversas áreas.
Los resultados son francamente preocupantes. Aquí nos permitimos mencionar los correspondientes al nivel bachillerato.
Hubo 111 mil 295 estudiantes de 15 a 18 años evaluados. De ellos, el 57.44 por ciento tiene problemas para reconocer los géneros comunicativos, sus características, elementos, estructura, aspectos espaciales y temporales, así como de los distintos tipos de texto. Les cuesta identificar los géneros periodísticos, literarios, argumentativos y las reglas del proceso de comunicación oral y escrita conforme a las reglas morfológicas y de sintaxis. Y, además, tienen problemas con la dicción y ortografía.
En las matemáticas, un 62.7% no domina los procesos aritméticos, algebraicos, geométricos y de variaciones. Su comprensión y análisis de situaciones, para reconocer símbolos matemáticos y científicos e interpretar tablas, gráficas, mapas, diagramas y textos a partir de situaciones reales, hipotéticas o formales, es mínimo. Es aquí donde peor estamos.
En el pensamiento científico, sólo el 35.06% comprende conceptos y leyes de la química, física y biología que les permita interactuar con una perspectiva científica ante retos y situaciones de su vida diaria.
Por último, solo el 33.73% reconoce hechos históricos en distintas épocas de México y el mundo. No se interesan por las ciencias sociales.
Y estos son los resultados de las pésimas estrategias que en el ámbito educativo se están ejecutando; enumerarlas nos podría llevar mucho tiempo.