Por Leticia Montagner
La muerte de la abuela puede tener consecuencias graves y duraderas para la salud mental tanto de sus hijos adultos como de sus nietos.
Este hallazgo puede ser sorprendente, porque la muerte de un abuelo es una parte normal de la vida. Sin embargo, los efectos son profundos. Perder a una abuela puede aumentar el riesgo de los adolescentes de tener un padre deprimido y de tener síntomas depresivos mayores.
Décadas de investigación muestran que la participación y el apoyo de los abuelos es beneficioso para sus nietos. De acuerdo al portal The Conversation, lo anterior es especialmente cierto para los menores que crecen con madres solteras.
Los abuelos a menudo actúan como una red de seguridad, brindando beneficios como estabilidad en la vivienda, cuidado a infantes, apoyo financiero y emocional, que beneficia la salud y el desarrollo de sus nietos.
En un estudio, se usaron un conjunto de datos en Estados Unidos en una muestra de parejas de madres y adolescentes a quienes los investigadores entrevistaron varias veces desde el nacimiento del niño. Analizaron si la muerte de un abuelo materno durante la infancia o la adolescencia temprana afectó los síntomas depresivos.
Después de la muerte de una abuela, las hijas adultas tenían más probabilidades de deprimirse que otras mujeres y experimentaron este aumento de la depresión hasta siete años después de la muerte.
Los varones adolescentes que perdieron a su abuela tenían síntomas depresivos más altos que sus compañeros. No se encontró un aumento estadísticamente significativo en la depresión después de la muerte de un abuelo.
La salud mental de los adolescentes ha empeorado en las últimas décadas. Los expertos destacaron el potencial de la pandemia de Covid-19 para acelerar esta tendencia, señalando las dificultades financieras, las interrupciones escolares y el aislamiento social como las principales razones.
Cientos de miles de jóvenes en los Estados Unidos han perdido a sus padres a causa de la pandemia. A partir de junio de 2022, los modelos estadísticos sugieren que 4 millones de personas perdieron a un abuelo en solo dos años, lo que representa un aumento significativo en la carga de muerte de abuelos experimentada antes del Covid-19.
El estudio sugiere que este aumento dramático en el número de adolescentes en duelo aumentará las tasas de depresión en los EU.
Una posibilidad preocupante es que la muerte de un abuelo por Covid-19 fue más difícil para los adolescentes que las pérdidas previas a la pandemia, ya que fueron muertes dolorosas, repentinas y sin la oportunidad de despedirse.
Faltan una explicación y respuesta a las siguientes preguntas: ¿Por qué la pérdida de una abuela parece tener efectos más profundos y duraderos que la de un abuelo? ¿Por qué los niños son especialmente vulnerables después de perder a una abuela?
El estudio ofrece una pequeña ventana sobre la angustia de perder a un abuelo, pero los hallazgos subrayan la necesidad apremiante de que los adolescentes y sus padres tengan acceso a los servicios de apoyo por los problemas que esa pérdida puede desencadenar.
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