Cifras como las siguientes son díficiles de ignorar; son datos que causan alarma y que, sobre todo, debieran causar enojo y ganas de hacer algo para cambiarlas.
Hablamos hoy del hambre. El hambre, decía el poeta Miguel Hernández, “es el primero de los conocimientos: // tener hambre es la cosa primera que se aprende”. El hambre es lo que padecen 8 de cada diez niños en al menos 96 municipios de Puebla.
Y en uno de los municipios más pobres, como Eloxochitlán, el hambre ataca al 97.4 por ciento entre los menores de 0 a 17 años.
Estos datos fueron revelados este lunes por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Y no solo en los pueblos más olvidados; en la gran ciudad, en Puebla Capital, el hambre hace sufrir al 51.2 por ciento de infantes.
Y, claro, si hay niños con hambre es porque también hay adultos con hambre. Y, sobre todo, adultos mayores que la sufren.
El Coneval expuso que en 87 municipios del país el porcentaje de carencia por acceso a la alimentación en las Personas Adultas Mayores fue mayor o igual a 50 por ciento. En Coatepec, por ejemplo, llegó al 77.3 por ciento.
Puebla padece hambre por la inmensa desigualdad que aquí se vive. Porque la pobreza azota a la mitad de la población y comprar la canasta báscia es cada vez más complicado. Las malas políticas que desde el gobierno federal se impulsan nos han llevado a estas cifras.