Aquiles Montaño Brito
La noche del viernes 30 de septiembre, a las 11 con 55 minutos, varios agentes de la Fiscalía General del Estado llegaron a “La imprudencia” para detener al segundo hombre más importante en la política del estado. Es morenista y lopezobradorista. Algunos dicen que Barbosa lo buscaba. Lo consultaba. Le daba tareas importantes, de esas “de gobernador”. Era el único hombre que le hablaba al oído a don Miguel. Y al góber eso le gustaba. Era Eric Cotoñeto Carmona, un político de izquierda nacido en la Ciudad de México, vive en Puebla desde estudiante e inició en la política como velador de las oficinas del PRD. Es decir, desde cero, al puro estilo de Mario Marín, como le gustaba presumir al “góber precioso”, quien hoy, pa’ su desgracia, duerme en la prisión porque a Morena le convenía darle “su coscorrón”.
Ahora ya no es Eric Cotoñeto. Es Eric N. Así lo identificó la FGE en su Registro Nacional de Detenciones. Y es que la noche el viernes 30 de septiembre, Eric fue detenido en su bar “La imprudencia” de Zacatlán, porque “había venta de droga como marihuana, cocaína y cristal. También se encontró un arma de fuego, de la cual el político no tenía licencia de portación” (e-consulta.com, lunes 3 de octubre).
Estuvo encarcelado menos de un día. El sábado 1º de octubre, Eric N., fue liberado. La noticia de su detención ya corría por la prensa poblana y, siempre tratando de mantener su buena imagen, él publicó un tuit en el que negó su encarcelamiento. Como todo buen político, es experto en el arte de mentir con descaro. “A la opinión pública: Me dirijo a ustedes para hacer de su conocimiento sobre las notas periodísticas de mi presunta detención, aclaro que es mentira, acudí de manera voluntaria en calidad de testigo”, escribió en sus redes sociales el 1º de octubre. Pero el Registro Nacional de Detenciones ya había reportado la captura del morenista y lo subió a su plataforma de internet, en donde se puede consultar.
El mismo gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, afirmó que sí habían aprehendido a su exoperador político y que él debía aclarar el porqué de esa detención. “El incidente legal por el que transita Cotoñeto debo decirte que lo lamento. Él lo tiene que aclarar, no yo. Si hubo un reporte en el registro Nacional de Detenciones es porque así fue, no se va a mentir”, dijo el gobernador en su mañanera del 3 de octubre.
Como todos saben, Eric N. no duró ni 12 horas en la cárcel. La justicia se inventó para enjuiciar a quienes no tienen poder político ni dinero. Pero a Eric le sobran. Faltaba más. Es de Morena, de la mera cúpula. Y, además, tenía un as bajo la manga. Una columna de la prensa poblana sostuvo que Eric N. salió libre cuando afirmó ante la FGE que él conocía y era capaz de revelar varias ilegalidades cometidas por el gobernador, a quien conoció en el PRD. Fueron íntimos, aliados y, como dicen, “hermanos”. Esto último lo confirmó el góber: “Para mí el señor Eric Cotoñeto, que todos conocen como persona cercana a mis actividades políticas. Debo decirles que yo le tengo un gran aprecio, siempre se lo voy a tener. Un aprecio entrañable. Yo lo quiero mucho, lo admiro mucho y le debo mucho (…)”.
Eric Cotoñeto Carmona conoció a Miguel Barbosa Huerta en 1994, cuando este se salió del PRI y se pasó al PRD. Luego de que el góber lograra la dirigencia de ese partido, Eric N. se convirtió en su operador político. Algunos dicen que fue el organizador de los grupos de choque.
También es amigo del escandaloso empresario Emilio Maurer, a quien impulsó junto con Barbosa como candidato a la presidencia municipal de Puebla. En el año 2011 fue diputado de representación plurinominal por el PAN, en la LVIII Legislatura. ¿No era del PRD? No importa, en el crimen y la política todo se vale. ¿O no? Pregúntenle a López Obrador: pasó por el PRI, el PRD y ahora anda en Morena. Y si fuera necesario, dejaría al último y fundaría un nuevo partido. Bueno, Eric N fue presidente nombrado presidente del PRD en 2012. Para entonces, ya era operador fundamental del entonces senador perredista Miguel Barbosa Huerta. Ambos, Cotoñeto y Barbosa lograron la desaparición del PRD en el escenario poblano. En 2010 fueron en alianza con el PAN de Moreno Valle y en ocho años consiguieron que el partido del Sol Azteca perdiera tantos militantes que son, ahora, una oposición fantasmal y de risa. En 2018, ambos abandonaron el barco que se hundía y se fueron a Morena. Eric Cotoñeto fue el operador político de la campaña de Miguel Barbosa, y pieza clave para la gubernatura. Cotoñeto Carmona siguió haciendo uso de su posición a través de las dependencias, como la Secretaría de Bienestar, con la que posicionó a delegados, que luego hicieron fraude a las personas que buscaban participar en los beneficios de calentadores, tinacos, pintura y leche a bajo costo, mediante la estrategia Estamos Contigo.
Hace unos meses, en mayo pasado, Miguel Barbosa rompió relaciones con Eric Cotoñeto Carmona. Todos los funcionarios relacionados con Eric fueron despedidos. Una de las tesis más fuertes es que Cotoñeto se peleó con Julio Huerta Gómez, familiar de Barbosa y secretario general de Gobierno de Puebla, y la otra tesis sostiene que Cotoñeto está comenzando relaciones políticas con un candidato a gobernador de Morena contrario a la corriente de Miguel Barbosa. Hubo, pues, una traición. Eso el góber no lo perdona.
Sea como fuere, traición o no, lo real es que la vida política de Eric Cotoñeto, el cambio de partido según sus intereses personales, el abuso en su relación con el gobernador para cometer crímenes desde la estructura gubernamental que la prensa reporta, así como la venta de drogas en su bar de Zacatlán y el uso ilegal de armas de fuego del segundo hombre más fuerte, en la política, del estado, nos demuestran que Morena se pudre por dentro. Y así, obviamente, no puede gobernar. Los poblanos deben entenderlo.