Comparto esta columna escrita por la periodista mexicana Anabel Hernández, por ser de interés para la opinión pública.
“El rey del cash”, de Elena Chávez, es lectura indispensable para cualquiera que quiera conocer la verdad sobre Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta Transformación, dice Anabel Hernández.
La publicación del libro «El rey del cash”, de la autora Elena Chávez, que ha salido a la luz esta semana, ha puesto en México el dedo en una dolorosa llaga que ya supuraba, pero estaba intocada hasta ahora. Da respuestas a interrogantes que ciudadanos afines y no afines al régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador se formulan ante la realidad que se vive en las calles de México, la cual no corresponde a las promesas de campaña del hombre que durante 16 años buscó a toda costa llegar a la Presidencia de la República, y que se empeña en que su partido, Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), continúe lo que él llama la «Cuarta Transformación” (4T).
La rápida descomposición dentro del gobierno de AMLO, sus constantes traspiés, contradicciones e ineficacia; los conflictos dentro de su equipo de gobierno.; las emblemáticas renuncias de secretarios de Estado que prefieren abandonar las filas de la llamada Cuarta Transformación que seguir en ellas, como la excoordinadora de campaña Tatiana Clouthier, quien ocupaba el cargo de secretaria de Economía, así como la disputa cavernícola dentro de MORENA por cada candidatura, reflejan desde hace tiempo y a simple vista serios problemas internos. Gracias a Elena Chávez hoy sabemos que no es sólo un problema, sino una enfermedad de origen que solo alguien que testificó el proceso degenerativo puede explicar.
Periodista y testigo, periodista y cronista, periodista e insider, periodista y mujer. Desde ahí, desde esas múltiples facetas, Elena narra en primera persona el testimonio inédito de lo que vivió durante casi 18 años de su vida en las entrañas del movimiento político de AMLO y MORENA, y el modus operandi para llegar al poder.
Para dar su testimonio, y para que este llegara a las manos de los ciudadanos, Elena tuvo frente dos opciones. La primera,transitar por un camino carente de obstáculos y contar la historia de lo vivido de manera anónima y sin correr riesgos, solo el de enfrentar sus propios fantasmas y el de abrir la caja de Pandora de los recuerdos de lo que fue testigo directo e indirecto. Pero ella sabía que la valiosa información que tenía podría ser usada a modo y sin nitidez por opositores a AMLO con la intención de atacar a su gobierno sin buscar llegar al fondo de la verdad. O que su anonimato podría quitar credibilidad a los hechos que vio o conoció de primera mano.
La otra opción era un sendero cuesta arriba, escarpado y sinuoso. Debía dejar a un lado su vida tranquila y tener la suficiente generosidad para con sus conciudadanos de ponerse de pie, y con su nombre y apellido contar su historia, que al final es la historia de todos. Nos ayuda a encontrar respuestas de quién es AMLO, qué es MORENA, y qué están dispuestos a hacer para llegar y mantenerse en el poder.
Elena sabía que la segunda alternativa era la difícil. Sin ingenuidad, ella estaba consciente que sería presa de una jauría en el poder que no está dispuesto a dejarlo —hay que leer el libro para entender por qué— y aun así decidió correr el riesgo. No le perdonarán revelar sus secretos, y menos por ser mujer.
En el sistema de justicia, delitos como lavado de dinero, trata de personas, desaparición forzada, secuestros, abuso sexual, y crímenes de abuso de autoridad del pasado se resuelven, en su gran mayoría, gracias a los testigos y a la voluntad del Estado y sus instituciones de concatenar esos testimonios con otras informaciones que permitan la reconstrucción del crimen.
Si México fuera otro país, si hubiera mecanismos de contrapeso y control reales, si la Fiscalía General de la República no se manejara como un despacho privado donde se exonera o criminaliza principalmente por consigna, y no por justicia, el testimonio de Elena serviría para abrir de oficio diversas carpetas de investigación; la Secretaría de la Función Pública, la Secretaría de Hacienda, el Congreso y el Instituto Nacional Electoral estarían comenzando serias investigaciones siguiendo las pistas dejadas por Elena en el libro «El Rey del cash”, las que se concatenan con expedientes de la Auditoría Superior de la Federación, e incluso los documentos oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional filtrados por Guacamaya Leaks.
Escribiendo el prólogo de «El rey del cash” acompaño a Elena en su odisea y aquí comparto algunos párrafos con la autorización de la casa editorial Penguin Random House:
Romper el silencio
Conocí a Elena Chávez en el año 2004. Ella trabajaba con Joel Ortega cuando era titular de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, y Andrés Manuel López Obrador era jefe de gobierno.
Desde ahí y durante años fui testigo de la cercanía circunstancial que tuvo con el hoy presidente de la República. Ella era compañera de vida de César Yáñez, quien durante lustros fue vocero oficial de López Obrador y cuya fama desde entonces era la de ser uno de los dos hombres más cercanos y de mayor confianza del actual presidente: su incondicional, sombra, ojos, oídos y voz. AMLO considera a Yáñez un «hermano” —así lo ha hecho público—, y como tal, ha tenido un lugar privilegiado para testificar el ascenso al poder de López Obrador.
Durante 18 años, con sus días y sus noches, Elena Chávez estuvo al lado de Yáñez en la línea de fuego, en los momentos cruciales de la carrera política de AMLO. Conoció en persona a López Obrador, a quien describe como un ser «voluble, en ocasiones altanero y muy, pero muy desconfiado”; a su primera esposa, Rocío Beltrán, «una mujer discreta y hogareña”, y a sus tres hijos: José Ramón, Andrés y Gonzalo López Beltrán. También trató a Beatriz Gutiérrez Müller y fue testigo de los tiempos en los que la ahora primera dama era empleada de AMLO, trabajaba en el segundo piso del edificio de gobierno de la Ciudad de México y desde ahí «calculaba sus alcances laborales y personales”. Furtivamente y en secreto mantenía una relación sentimental con López Obrador, simultánea al matrimonio de este con Rocío. Esto provocaría durante años serios conflictos entre Beatriz y los hijos mayores del presidente.
Chávez también supo de primera mano de las andanzas de los principales aspirantes a ser candidatos a la presidencia por Morena en 2023: Marcelo Ebrard, actual secretario de Relaciones Exteriores, y Claudia Sheinbaum, la opaca, en varios sentidos de la palabra, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la «corcholata” preferida de la pareja presidencial López Obrador-Gutiérrez Müller. De igual forma se enteró de secretos de la mayoría de quienes hoy forman parte del equipo más cercano del presidente o dirigen los destinos de Morena.
La omertá —obligatoria o autoimpuesta en el primer círculo del hoy mandatario mexicano y de aquellos que se fueron afiliando, pagando literalmente su cuota— había impedido hasta ahora conocer las entrañas de lo que sucedió alrededor de AMLO en los últimos años. Y es gracias a Elena —la primera insider del círculo más cercano en romper públicamente el silencio—, que tenemos esta primera radiografía.
El ADN del movimiento de AMLO
Para entender el relato no hay que cometer el mismo error de sus colaboradores serviles, ni el de los fanáticos o enemigos. No existe una explicación simplista de quién es o qué representa AMLO, cómo ha llegado al poder o cómo lo ejerce. Sus incondicionales sin objetividad ni realismo lo describen como una especie de «mesías” y «salvador de la patria”; para ellos su nombre es un mantra que deben repetir como coro sacro en el templo. Algunos de sus rivales políticos, con la misma falta de objetividad lo llaman «loco”, «narcisista” y lo pintan como la caricatura de un mal aprendiz de dictador.
Como periodista de investigación estoy obligada a dar un paso atrás y a un costado para tomar distancia y poder evaluar los hechos, que más allá de las consideraciones individuales, al final son los únicos que cuentan. Y desde ahí es que comparto mi visión de esta importante obra. Desde hace décadas he aprendido que hay hechos que solo alguien desde dentro es capaz de ver y contar, por eso el testimonio de Elena Chávez es de interés público y tiene valor histórico y periodístico.
La autora lleva al lector a las salas de reunión y lo sienta en las cenas para presenciar las discusiones privadas y públicas del mandatario y de quienes hoy cogobiernan a su lado. Explica la ingeniería financiera, basada en el cash —muchas veces de origen ilícito— y los moches, gracias a la cual López Obrador, su familia y su círculo de colaboradores pudieron mantenerse económicamente mientras sin escrúpulos construían el camino para llegar a toda costa al poder.
A través de las páginas desfilan junto a AMLO los nombres de los personajes más oscuros de su gobierno y de la dirigencia de Morena. Gracias al relato de la autora queda claro que los valores que permiten la entrada al paraíso prometido de López Obrador no son la meritocracia ni la honestidad, sino el servilismo, que en algunos casos llega a la ignominia, y el cash, mucho cash. En esa dinámica de antivalores que contradice las virtudes que ficticiamente se adjudica el presidente —quien es el principal artífice de la simulación de la Cuarta Transformación—, actúan sus cómplices del montaje.
Chávez también exhibe la actitud parasitaria de los hijos mayores del presidente, procreados con su primera esposa, Rocío Beltrán. Como José Ramon López Beltrán, «Joserra», como le llaman sus más cercanos, cuya costumbre de vivir gracias a favores de contratistas del gobierno o del erario no es nuevo, sino más bien un modus operandi. Elena Chávez describe cómo Joserra, a sus 32 años, era un empleado ornamental en la Procuraduría General de Justicia capitalina en el año 2013, «se la pasaba frente a la computadora jugando ‘solitario’ cuando se dignaba a aparecer en la oficina”. Y explica que el puesto de aviador lo obtuvo como una de las concesiones que el entonces jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera tuvo que dar a AMLO, además de dinero de las arcas de la capital, recursos a los que el político tabasqueño y su familia estaban ya muy habituados.
Antes y después
Pienso que el testimonio de Elena Chávez marcará un antes y un después en la historia de Andrés Manuel López Obrador, y en la de sus más cercanos colaboradores. Porque contrario a toda la propaganda que hay y que habrá para mantener la simulación, el relato refiere información auténtica. Lo sé porque antes de escribir estas líneas conversé directamente con testigos que, como la autora, presenciaron o conocieron los hechos que aquí se narran.
Estoy convencida de que, después de que por fin alguien se atreve a romper la omertá, habrá otros que seguirán los pasos de Elena y ampliarán la exposición de la infame simulación del actual gobierno, que, pese a que desde Palacio Nacional se afirma como distinta, la realidad es que su esencia es similar a la de sus antecesores: otros saqueadores que gracias a él siguen impunes.