El gobierno de la Federación Rusa atribuyó a Kiev la responsabilidad por el sabotaje contra el gasoducto Turkish Stream y el sabotaje contra el puente de Crimea.
Esa situación permite al Kremlin justificar las acciones contra Kiev mientras que Estados Unidos no puede reconocer públicamente su implicación en los sabotajes con explosivos contra los gasoductos explosivos Nord Stream y Nord Stream 2, sin afectar gravemente su propia imagen.
Por otra parte, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Dimitri Medvedev, exigió públicamente el derrocamiento del régimen de Kiev, elevando así más aún el nivel de tensión.
El hecho es que Moscú no tiene interés en derrocar al presidente Zelenski, a quien incluso ha venido tratando con bastante delicadeza. Pero tampoco tiene interés en mantenerlo en el poder. Luego de haber liberado la Novorossiya, el verdadero y único enemigo de Rusia son los anglosajones y las declaraciones de Medvedev son una provocación tendiente a obligar las potencias occidentales a incrementar su apoyo a Kiev, con lo cual seguirán debilitándose.
La propaganda de la OTAN presenta lo que sucede en Ucrania como una guerra que sólo concierne a ese país, además de presentar al ejército ruso como una fuerza militar desfalleciente, lo cual condiciona la manera de pensar de los europeos que los lleva a sobrestimar las capacidades de Kiev y a subestimar al ejército ruso, cayendo así en un error político.
Con información de Voltairenet.org