Este 19 de septiembre se cumplieron cinco años del sismo del 2017 de magnitud 7.1, ocurrido un martes a las 13:14 horas, con epicentro en los límites de Puebla y Morelos.
Aquel día, doce personas fallecieron durante un servicio religioso en la Iglesia de Santiago Apóstol, en el municipio de Atzala, ubicado en la Mixteca poblana, entre Izúcar de Matamoros y Chietla.
Desde entonces, el templo católico permanece sin techo, entre escombros y con el riesgo de colapso de otras estructuras como la cúpula, que apenas pende de un extremo, y la fachada completamente cuarteada.
Aunque existe la promesa de reactivar la reconstrucción en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hasta el momento no hay fecha para el inicio de los trabajos.
De manera provisional, los habitantes de Atzala instalaron una estructura de metal que suple a la parroquia, donde además hay un altar en honor a las víctimas del sismo de hace cinco años.
En la misma situación se encuentran el templo de San Antonio Alpanocan y el ex monasterio franciscano de la Asunción, ambos inmuebles en el municipio de Tochimilco, en la zona del volcán Popocatépel.
En el primer templo, la reconstrucción inició a finales de 2017 pero se detuvieron los trabajos debido a la pandemia.
Ahora, los habitantes de Tochimilco insisten en reanudar actividades de restauración. No obstante, el INAH no ha liberado recursos para este proyecto.
Lo mismo ocurre con el ex monasterio franciscano de la Asunción, donde se reporta un avance en la reconstrucción de apenas el 17%.
Más ejemplos del abandono de los inmuebles históricos se encuentran en Izúcar de Matamoros, donde el Antiguo Hospital de los Juaninos y la Escuela Secundaria Ignacio Ramírez esperan la intervención de las autoridades.