Por Raúl Torres Salmerón
Algunos nos dicen a los adultos mayores, los más viejos de la fila y tienen razón.
Nacimos en los 50. Crecimos en los 60. Nos educamos en los 70. Teníamos novia en los 70. Nos casamos y descubrimos el mundo en los 80. Nos aventuramos en los 80. Nos enredamos en los 90.
Nos estabilizamos un poco en los 2000. Nos hicimos un poco más sabios en los 2010. Y vamos a pie firme atravesando los 2020. Muchos sobrevivimos y esquivamos la poliomielitis y la viruela y también le dimos de lado la parálisis infantil, la meningitis, la gripe H1N1 y ahora el Covid-19.
Resulta que los mayorcitos de la fila hemos vivido en ocho décadas diferentes, dos siglos diferentes y dos milenios diferentes.
Hemos pasado por el teléfono con operadora para llamadas de larga distancia hasta las video llamadas a cualquier parte del mundo. Pasamos desde las fotos en blanco y negro, a color, las transparencias o sliders hasta el You Tube, desde los discos de vinilo hasta la música online, desde las cartas escritas a mano al correo electrónico y el WhatsApp.
De vivir los encuentros deportivos en la radio, a la TV en blanco y negro, luego a la de colores, pasamos ahora a las gigantescas pantallas de alta definición en la casa. Fuimos miembros de clubes de video, tuvimos videocaseteras, pero ahora tenemos servicios llamados de streaming como Netflix, Prime Video, HBO Max y un largo etcétera.
Escribimos primero a mano, luego en las máquinas de escribir con cinta roja y negra, tuvimos acceso a las primeras computadoras grandes y estorbosas, las tarjetas perforadas, los diskettes, pero ahora tenemos ordenadores portátiles de gran capacidad de gigas y megas y también en el teléfono celular o el IPad.
Caminamos, anduvimos en bicicleta, patines o patineta, manejamos autos con velocidades, luego los vehículos automáticos, viajamos en tranvía, en trenes, por el mar, en subterráneo, viajamos en transportes colgados en el aire volando y ahora esperamos el SpaceX de Elon Musk para ir a Marte como turistas.
Nos podrían calificar de exennials o generación cruzada, gente que nació en aquel mundo de los cincuenta, que tuvo una niñez analógica y una edad adulta digital, somos una especie de Ya He Visto de Todo.
Literalmente, nuestra generación ha vivido y presenciado mucho más que ninguna otra en cada dimensión de la vida. Es nuestra generación la que literalmente se ha adaptado al cambio.
Agradezcamos a Dios por esta maravillosa, significativa e increíble vida.
EL MEXICANO Y LAS FRUTAS Y VERDURAS
¿Sabías que los mexicanos somos la nación número uno en el mundo que hablamos al tomar en cuenta a las frutas y vegetales? Aquí está la prueba:
Exclamaciones: ¡Hijo está de la guayaba! ¡Te voy a partir tu mandarina en gajos! ¡Vete a freír espárragos! ¡A parir chayotes! ¡Me importa un cacahuate! ¡Me importa un rábano! ¡Me vale un pepino! ¡Ni maíz palomas! ¡Qué te pasa calabaza! ¡Al chile!
Preguntas: ¿Te lo explico con peras y manzanas? ¿Qui’ uvas? ¿Con melón o con sandía?
Afirmaciones: Eres mi media naranja. Estás tragando camote. Ponle limón a la herida. Del frío quedaron como pasitas. Le dieron calabazas. Es bien fresa. Está hecha un mango. Se puso rojo como un tomate. Más solo que un hongo. Ábrete como un pistache. Fresco como lechuga. Ni modo, no hay de piña. Hace frijolito. Todos están en el ajo. Va de nuez. Es la cereza del pastel.
Habla con la papa en la boca. Es la cereza del pastel. Es como pedirle peras al olmo. No es una perita en dulce. Te va a comer el coco. La manzana de la discordia. No sabe ni papa. Está del nabo. Yo, puras habas. Mientras son peras o son manzanas. Ni al melón le supo.
En fin, en lugar de la tradicional poesía unos cuantos refranes mexicanos:
Aceite de oliva, todo el mal quita. Ahora es cuando, chile verde, le has de dar sabor al caldo. Aceitunas: una, oro; dos, plata; la tercera mata. A su tiempo maduran las uvas. Al nopal lo van a ver, sólo cuando tiene tunas.
Bueno es el cilantro, pero no tanto. Come camote y no te de pena, cuida tú casa y la ajena. El huitlacoche es el manjar de los reyes. No todo el monte es de orégano. Nunca falta un negrito en el arroz. Que si fue, que si vino, que si calabaza, que si pepino.
Quelites y calabacitas, en las primeras agüitas. Quien come peras con el patrón no come las mejores. Quien se quemó con sopa de verdura, hasta la sandía sopla. Es un garbanzo de a libra. Te juzgué sandía y resultaste calabaza. Tú lo dirás de chía, pero es de horchata. Un aguacate al día mantiene al médico ausente. Un garbanzo más no revienta la olla.
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