Silvanna Carolina Mortera
La sequía en la Mixteca poblana, la peor desde 2014, ha provocado la pérdida total de cultivos, la muerte de miles de animales, más empobrecimiento en sus habitantes y la amenaza de una hambruna en 2023 debido a la indiferencia de los gobiernos estatal y Federal.
Según el Monitor de Sequía de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la falta de líquido vital en el 26.7 por ciento de los 217 municipios de Puebla es de tal magnitud que las autoridades estatales deben valorar a tiempo, porque existe el riesgo de que empeore la mala calidad de vida de la población más pobre de la región.
“¿De qué vamos a vivir? Nos vamos a morir de hambre”, son palabras que resuenan entre los campesinos de la Mixteca poblana, cuyos reclamos han sido menospreciados sistemáticamente por los funcionarios de la administración estatal encabezada por el gobernador Miguel Barbosa Huerta.
La Conagua explica que la situación obedece a “condiciones más cálidas de lo normal” y al déficit de lluvias que se padece en gran parte del país. Según el último registro del Monitor de Sequía, emitido el 15 de julio de 2022 mientras que, en la misma fecha de 2021, ningún municipio poblano se hallaba en situación de sequía, en este año hay 58 que reportan un nivel moderado de este problema.
La sequía moderada se caracteriza, según los parámetros de la Conagua, por “algunos daños” que causa, sobre cultivos y pastos, la existencia de “alto riesgo” de incendios y bajos niveles de agua en ríos, arroyos, embalses, abrevaderos, presas y pozos, que inducen a las personas a la “restricción voluntaria en el uso del agua”.
Además de estos 58 municipios, hay otros 106 que están clasificados como “anormalmente secos”, categoría que antecede a la sequía moderada, cuyo número equivale al 48 por ciento del total de los ayuntamientos en Puebla.
Esta situación se acerca mucho a la reportada en julio de 2019, cuando la falta de agua afectó a 22.6 por ciento de los municipios poblanos; pero en 23 de los municipios, la sequía fue severa y en otros 26, moderada, para sumar 49 con grave carencia de líquido vital.
La sequía severa provoca pérdidas en cultivos y pastos, alto riesgo de incendios; e impone fuertes restricciones a su consumo agrícola, incluso humano, como ocurrió en los municipios Tepexi de Rodríguez, San Juan Ixcaquixtla, Cuayuca de Andrade y Atexcal.
Frente a la pérdida de los cultivos de muchos campesinos en la Mixteca poblana durante la temporada actual, Beatriz Manrique Guevara, Secretaria de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT), ha excluido esta área de la lista de municipios afectados por la sequía para que no reciban apoyos locales y federales.
Crisis hídrica desde 2019
En los últimos cuatro años ha habido una disminución de lluvias en el estado de Puebla que ha afectado sobre todo a 20 municipios que padecen sequía moderada: Ahuazotepec, Ajalpan, Coyomeapan, Honey, Eloxochitlán, Francisco Z. Mena, Huauchinango, Jalpan, Juan Galindo, Pantepec, Naupan, Pahuatlán, Tlacuilotepec, Tlaxco, San Sebastián Tlacotepec, Tenanpulco, Xicotepec, Zihuateutla, Venustiano Carranza y Zoquitlán.
Ninguno está considerado en la lista de municipios “de muy alta vulnerabilidad de sequía”, pese a que la Conagua los incluye dentro del 25 por ciento del territorio poblano con sequía moderada. En julio pasado, el Monitor de Sequía informó que, de los 217 municipios poblanos, 59 padecen sequía y 54, sequía moderada.
Con respecto a la situación de las ocho presas que hay en el estado, tres tienen un nivel de agua menor al 28 por ciento, tres menos del 50 por ciento; y las dos más cercanas a la región de Tepexi de Rodríguez –Peña Colorada y Boqueroncito– el 80 por ciento; sus recursos hídricos son dedicados principalmente al riego agrícola.
Este hecho, por cierto, generó un comentario del mandatario estatal Barbosa Huerta, en el que comparó la crisis de agua de Puebla y Nuevo León para destacar que, en la entidad, no habrá escasez de agua como en Monterrey, porque las presas neoleonesas se destinan para consumo humano a diferencia de las de Puebla, cuyo uso es principalmente agrícola.
Con esta observación, el gobernador poblano evidenció su poco interés por enfrentar la sequía en las urbes más pobladas, en la Sierra y en los llanos semidesérticos de la Mixteca, donde se arriesgan las condiciones de vida de la gente; sobre todo de la más pobre, que depende del consumo doméstico y para irrigar sus cultivos.
En la Mixteca poblana, la mayor parte de la población cultiva maíz, cacahuate, sorgo y frijol. Hay algunos campesinos que también producen tomate, cebolla, calabacitas y pitahayas; pero se trata de las personas con mejores condiciones económicas de la región.
Los campesinos de la región revelaron a buzos que los problemas más graves que enfrentan hoy son la sequía y el abandono del gobierno del estado. En el primer caso, porque las siembras dependen de temporal de lluvias, y porque su ausencia en esta temporada provocó que las matas no nacieran o se quedaran en retoños. En el segundo caso porque los fertilizantes han encarecido mucho y les es muy difícil adquirirlos. Este año, Puebla es el segundo estado con menos fertilizante entregado por el Gobierno Federal. El director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, informó que Puebla únicamente ha recibido 31 por ciento del que tenía previsto entre las nueve entidades consideradas en este programa.
Más de 20 campesinos de San Juan Ixcaquixtla atestiguaron que se sienten discriminados por el gobierno morenista; denunciaron que los funcionarios del gobierno solo repartieron fertilizantes a los campesinos afiliados al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido del gobernador Barbosa Huerta.
Además de la pérdida de cultivos, los campesinos enfrentan otro problema económico importante: sus animales están muriendo por falta de agua y alimentos. “Hay varios animales muertos por lo mismo, por la falta de pastura. Los pobres animales, al no beber agua y estar sin comer, se mueren y eso nos afecta también”, declaró a buzos José Cruz Mendoza, joven estudiante y jornalero de la mixteca poblana, quien con su hermana menor y su madre se encarga del cultivo familiar.
En los llanos salitrosos de la Mixteca únicamente hay rastros de hojarasca porque todo lo que se siembra, se apaga o no crece. Las vacas deambulan en huesos, les es imposible mantenerse en pie, inclusive se les dificulta respirar; así pintan de cuerpo entero la situación de hambre predominante en la región.
Cruz Mendoza informó que no hace mucho tiempo, las familias compraron pastura en otros municipios; pero la alta demanda hizo que subieran los precios y ahora la inflación les ha reducido la posibilidad de alimentar a sus animales. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) reconoció que el precio de la pastura había pasado de 50 pesos a 150 o 200, es decir, aumentó 300 por ciento.
“Ahora vendemos una chiva para comprar pastura para las otras 10 y así nos vamos. Nos vemos obligados a vender nuestros animales porque no los podemos mantener, sin agua y sin comida, ¿cómo? Y prácticamente los regalamos, un animal de ocho mil o 10 mil pesos, lo damos en dos mil y muchas veces ni eso nos dan.
“Nuestra economía se ha desestabilizado, ya no tenemos el ingreso que teníamos antes para subsistir. Lamentablemente, ante la inflación, ante el impacto de las sequías y el abandono del gobierno estatal y Federal, pues nos han recortado, nos han limitado y eso hace también que muchas familias se vean obligadas a migrar al país vecino en busca de mejores condiciones de vida”, agregó Mendoza.
Una tortura solicitar apoyos
Con respecto a los apoyos gubernamentales destinados a los agricultores, campesinos de las inspectorías Cañada Chica y Devora Carrizal, pertenecientes a los municipios Coayuca de Andrade y San Juan Ixcaquixtla revelaron que prefieren no solicitarlos porque, además de que la tramitación es complicada y tediosa, solo cinco o 10 de los solicitantes salen beneficiados.
Producción para el Bienestar, Sembrando Vida, Precios de Garantía a Productos Básicos, Programa Nacional de Fertilizantes y Crédito Ganadero a la Palabra son programas que, según el Gobierno Federal morenista, están “enfocados a rescatar al campo y fomentar la autosuficiencia alimentaria para eliminar la dependencia de productos del extranjero”.
Pero muchos campesinos de la Mixteca poblana no lo ven así. En el municipio Atexcal afirmaron a buzos que, desde la llegada de Morena al gobierno del estado, no se han visto beneficiados sino, por el contrario, perjudicados; ya que los recortes presupuestales no solo han afectados municipios y gobiernos estatales sino también programas de apoyo a productores.
A pesar de que Atexcal cuenta con terrenos de cultivo muy amplios –equivalen al 0.97 por ciento de la superficie del estado a decir del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)– el Ayuntamiento no recibe un solo peso del gobierno y se ve obligado a hacer lo imposible para los agricultores.
“Nos vimos obligados a recortar los sueldos de todo el Ayuntamiento para invertirlo en apoyo a nuestra gente. Con ese extra hemos creado varios almacenamientos, hemos rehabilitado tuberías y hemos buscado nuevos nacimientos de agua para abastecer las comunidades. Todo con el dinero que recortamos a nuestros sueldos como Ayuntamiento, al menos eso en la parte del cultivo. Porque, en general, realizamos más actividades que aminoren el golpe económico de las familias tras la pérdida parcial o total de sus cultivos”, denunció Juan Luna Luna, presidente municipal de Atexcal.
Efraín García Carreón, Secretario General del municipio de Cuayuca de Andrade, aseguró que la afirmación de Barbosa Huerta, en torno a que la sequía no estaba causando problemas en la Mixteca, fue un claro ejemplo de “cómo no tiene interés alguno por mejorar las condiciones de vida del pueblo que lo puso en el cargo que ejerce. Desde la barrera, sin experimentar y vivenciar la real situación de la Mixteca, es muy cómodo y fácil menospreciar la crisis”.
García Carreón explicó, además, que los apoyos son insuficientes y selectivos. “Los gobernantes de la Cuarta Transformación (4T) no honran sus compromisos. Además, hay una diferencia abismal entre cómo se comportan los gobiernos locales –los más preocupados por la gente– y cómo, al final de cuentas, Barbosa omite las necesidades del pueblo, porque no conoce los problemas reales de la Mixteca. Pero, pues si yo ganara los más de 94 mil pesos al mes que él gana también diría que la sequía no existe en la Mixteca poblana”.
“Todo lo perdimos este año”
En el cultivo de una hectárea de maíz, los campesinos invierten al menos 15 mil pesos, monto que se multiplica según las hectareas sembradas; y aumenta mucho más cuando se hace en terreno arrendado. Renta, semillas, barbecho, trabajadores, fertilizante, agua, entre otros insumos que engloban el gasto de producción.
Todo lo invertido en 2022 se perdió porque no hubo lluvia y el agua de las presas y los pozos no alcanzó para irrigar las tierras sembradas. La sequía en la Mixteca poblana empobreció más la economía y la alimentación de las familias; las obligó a vender sus animales y a sacar de las escuelas a los niños para ponerlos a trabajar en los cultivos de las empresas.
“¿Qué vamos a hacer?, en serio, ¿qué? No tenemos dinero, todos nuestros ahorros se nos fueron en la inversión de la siembra; y, mire, nos quedamos sin nada. Todo lo perdimos, hasta nuestros animales, los que no se nos murieron de hambre los tuvimos que vender a precios regalados”, lamentó doña Rosalía Mendonza, campesina de Huajoyuca, junta auxiliar de Tepexi de Rodríguez.
Genoveva Hernández Flores, también campesina de Huajoyuca, advirtió que no saben de qué vivirán en 2023. “Este año más o menos la estamos sacando con lo que nos dan de nuestros animalitos y ahí vamos. Pero sin el ingreso de nuestros cultivos y sin apoyo del gobierno, ¿de qué vamos a vivir?, nos vamos a morir de hambre.
“Nos vemos obligados a padecer. Los que tienen pozos, pues ahí la llevan; pero hasta ellos la pasan mal porque se están secando y la poquita agua que les queda la tienen que usar para ellos. Ahí sí eligen si darle agua a sus animales o tener agua para ellos; y pues somos familias grandes, cómo le haremos”, agregó.
¿Qué hacen cuando pierden todo su cultivo?, pregunta buzos.
“Pues les rentamos nuestros terrenos a las empresas, esas que siembran agave; pero son bien avorazados. No pagan más de cinco mil pesos por hectárea al año. Pero pues eso es mejor que nada, la verdad”.
En la Mixteca poblana hay tres tipos de cultivo campesino: el de quienes tienen sistema de riego y producen; el de los campesinos marginados o de temporal, que este año perdieron todo; y el del agave, que pertenece a las grandes empresas. Este último se ha incrementado paulatinamente.
Son cientos las hectáreas que ahora están sembradas con agave; algunas plantas están crecidas y otras son pequeñas. El agave tarda entre seis y ocho años para madurar y ser jimado, es decir, cuando se le cortan las pencas y se extrae la piña, que guarda los jugos con que se elabora el mezcal.
La crisis hídrica de los últimos años ha obligado a un número cada vez mayor de campesinos a rentar sus tierras para las grandes empresas, por cantidades de dinero muy pequeñas y por mucho tiempo.
A pesar del gran empeño que han puesto algunas autoridades locales para aminorar la crisis –como el gran esfuerzo realizado por Juan Luna Luna y su equipo de trabajo–, sin la atención y las acciones de los gobiernos estatal y Federal será difícil evitar o aminorar la hambruna, que se espera terrible en 2023.