Reza el dicho popular que “el hambre es canija” y que, “a todo se e acostumbra uno, menos a no comer”. El hambre y, en general, la necesidad, es lo que mueve al hombre y, en muchos casos, lo lleva a la muerte.
Buscando saciar el hambre propia y el de sus familias, cubrir sus necesidades y desahogar sus carencias, 33 poblanos murieron en 2021 en un intento por mejorar su vida y alcanzar el llamado sueño americano.
El Anuario de Migración y Remesas México 2022 de BBVA da cuenta de que Puebla se ubicó en el cuarto lugar nacional con más fallecidos en el 2021: 33 en total.
En la mayoría de los casos no se especificó la causa de muerte, peros se sabe que 8.3 por ciento falleció por deshidratación; el 6% por ahogamiento; el 0.3 % por complicaciones de salud; así como otro 0.3%, por hipotermia.
Pero ellos son solo los casos contabilizados; hay razones para creer que lamentablemente el número es mayor.
Mientras el estado no garantice las condiciones para que sus habitantes no se vean en la necesidad de salir a buscar empleo y una mejor calidad de vida en otros lados, estas cifras seguirán exisitiendo y, peor aún, creciendo.