Hace un año que la familia de Paulina Camargo Limón espera la resolución de un juicio de amparo presentado por la defensa de José María N, amigo y ex pareja de la joven de 19 años que desapareció hace siete años, embarazada de cuatro meses.
Este 25 de agosto se cumplieron siete años de aquella visita al ginecólogo; de aquel permiso para que los jóvenes se fueran a tomar un café y hablaran de su relación; de búsqueda, de incertidumbre, de dolor, de exigencia, de justicia.
“Imagina ¿cómo nos sentimos al dejarla con ese individuo? Le teníamos confianza; ella estaba enamorada de él. Nunca nos pasó por la cabeza” que ya había planeado su desaparición, afirmó Rocío Limón Maldonado.
Este 30 de agosto, la familia de Paulina y colectivas feministas protestaron afuera de la Casa de Justicia, una vez que se aplazó la audiencia para determinar la sentencia de José María N, por el delito de desaparición forzada por particulares.
Frente la defensa de los derechos humanos del presunto culpable por parte de las autoridades judiciales, Rocío Limón se cuestionó: “nosotros, dónde quedamos, ¿Los derechos de Paulina y del bebé dónde quedan? ¿Quién defiende esos derechos?
“¿Quién voltea a ver que después de tantos años? Ella sigue y mi nieto siguen desaparecidos. No tenemos la certeza de que ocurrió: Que la haya matado, tirado a la basura, al río, enterrado en algún lugar o la haya entregado a alguien más”.
En entrevista para Contigo Puebla, Limón Maldonado explicó que la carga de la desgracia se llevará por vida, porque no alcanza el entendimiento para comprender que un ser humano cometa un acto de tales proporciones:
“Pudo tomar otra decisión. Le invitamos a que se retirara, que terminara su carrera, que no les dijera a sus padres, porque nosotros entendíamos el esfuerzo de tener un hijo. No tenía por qué regresar y haber tomado esa decisión de desaparecer a mi hija”.
Después de siete años de búsqueda, Rocío Limón considera que “esta causa no solo es por Paulina, es por todas las familias, por todas las madres y mujeres que han tenido que vivir esta situación, en espera de sus audiencias, de las sentencias y en espera de encontrar a sus hijos”.
Aquí, la voz de Paulina:
