Puebla, Puebla. Los casos de violencia familiar en el estado de Puebla han registrado un crecimiento alarmante, pues tan solo en marzo de este 2022, se registraron 23 mil 971 presuntos delitos de violencia familiar.
De acuerdo con la responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género, de la Ibero Puebla, Ana Gamboa Muñoz la cifra anterior ha sido la más alta registrada en los últimos 7 años y las mujeres han sido las principales afectadas.
“Eso genera un foco de alerta porque se observa quienes son los agresores; 5 de cada 10 casos, son las parejas sentimentales, concubinos, esposos y exparejas» declaró.
Reiteró que la violencia económica en términos de la pensión y los alimentos ha sido uno de los tipos de violencia más comunes en la entidad, pero que no se le ha dado la importancia correspondiente a las paternidades.
“Es algo que, en muchas mujeres, no solo las que se divorcian, incluyendo madres solteras, enfrentan estas desigualdades de género que tiene que ver con las formas en que se reproducen la idea de que las mujeres son las únicas que tienen que estar cuidando de los hijos”.
En este sentido, Gamboa Muñoz, dijo que, las madres de familia deben hacer uso de las herramientas de denuncia que poseen a su alrededor y no quedarse calladas ante los incumplimientos de los deberes alimentarios.
Entre las herramientas de las que las mujeres podrían disponer, señaló, se está incrustando en la Ciudad de México la Ley Sabina, que es contra los deudores alimentarios.
Esa propuesta de ley, incluye, además, medidas para garantizar que el deudor realice los pagos correspondientes a la manutención.
Entre ellos, su imposibilidad del salir del país, así como la intervención del ministerio público y de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para la investigación de los padres morosos.
Además, colectivas feministas tienen las patrullas feministas, de cómo el colgar un tendedero para evidenciar que los padres no cumplen con su responsabilidad.
“Es importante observar que esta iniciativa sale de los colectivos feministas y que es exigir los derechos de las mujeres y de las niñas, niños y adolescentes, porque a veces no los consideramos sujetos de derecho”.
Añadió que este tipo de acciones puede tener repercusiones en su desarrollo personal y su desarrollo de la vida, porque significa no tener el sustento, la administración, la falta de concentración en la escuela y eso redunda en un desarrollo óptimo.