Andrés Bonilla
Como todos sabemos, en nuestro país ya acabaron los procesos de admisión para las universidades públicas más buscadas en México, sobre todo por los estudiantes pobres y, recientemente, dieron a conocer sus resultados de admisión la UNAM, la UAM, la BUAP, el IPN, y no es novedad que las universidades, ya sea por falta de recursos públicos, por falta de vacantes o falta de espacios, año con año rechazan a miles de jóvenes que aspiran a estudiar la universidad.
En México, solo 17% de los jóvenes logra estudiar la universidad, este porcentaje coloca a México como uno de los que tienen el número más bajo de estudiantes de educación superior entre los países de la OCDE, cuyo promedio es de 37%. Solo 1% cuenta con una maestría y menos de esa cantidad con un doctorado. Pues tan solo de los alumnos que suelen participar en la convocatoria de la BUAP son cerca de 50 mil aspirantes, de los cuales solo el 66% obtiene lugar en la máxima casa de estudios de Puebla, ¿qué pasa con el otro 34% de jóvenes que no tuvo lugar? En el mejor de los casos entran a universidades privadas, pero en su mayoría se deciden por dejar de estudiar, pues pagar una universidad privada es demasiado caro, por lo que no les queda de otra más que lanzarse de frente a la vida laboral.
¿Culpa de quién es este rezago? Algunos creerán que es culpa de la universidad, pero la desigualdad económica, la pobreza, la falta de espacio en las universidades, el rezago educativo y escolar son las causas que dejan cada año a miles de jóvenes fuera de las instituciones públicas mejor posicionadas en México, es por esto que los responsables del gran rezago universitario que atravesamos son principalmente son las malas políticas educativas implementadas por la SEP, ahora encabezada por Delfina Gómez, pero respaldada por el mismo presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, que solo se ha dedicado a ir improvisando y malgastando los recursos que de por sí son miserables para la educación de nuestro pueblo.
Tales acciones han generado que Puebla, por ejemplo, se coloque entre las siete entidades con mayor porcentaje de su población en rezago educativo, más de un millón 537 mil poblanos se encuentran en rezago educativo, es decir, no saben leer ni escribir o no completaron sus estudios de educación básica y obligatoria, cifra que representa un aumento de 157 mil personas en un periodo de dos años. Ante este panorama pareciera no haber ninguna salida más que quedarnos de brazos cruzados, pero ese ha sido y será uno de los causantes de que nuestra educación se quede truncada sin tener opciones para poder concluir una carrera universitaria en este país.
Como integrante de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionaros Rafael Ramírez (FNERRR), organización estudiantil que tiene como bandera principal que todos los mexicanos tengamos una educación de calidad y completa, les digo que sí hay una forma de cambiar el rumbo educativo en nuestro país.
Para mejorar la educación es necesario primero tener una mayor inversión de la que ya existe y sobre todo que realmente se destine en el mejoramiento en infraestructura de todas las instituciones, pero, para que eso se logre, es importante tener a la cabeza gobernantes que realmente trabajen en favor de todos y no de unos cuantos, esas autoridades no serán los viejos políticos que solo se visten de diferente color para seguir aprovechándose de los más pobres, debemos ser las nuevas generaciones las que cambiemos este pésimo rumbo en el que nos llevan y solo se alcanzará si estamos unidos como un solo frente que ataque directo a todos los que se opongan al mejoramiento de nuestro país. Esa es la tarea de los jóvenes.