Miguel Salas miembro del comité de redacción de Sin Permiso publicó su artículo titulado “Algunas verdades sobre las causas de la inflación” que es una explicación precisa acerca del fenómeno del aumento desmedido de los precios y algunas alternativas para contrarrestar este fenómeno, debido a que es un problema que afecta y preocupa a la mayoría de la población.
La inflación es ahora, un fenómeno de alcance mundial que no se veía desde hace unos 40 años. En España supera el 10%, la media europea es del 8,6%, en Estados Unidos del 9,1% y en algunos países menos desarrollados alcanza cifras de vértigo. Dijeron que era un fenómeno pasajero debido al COVID y a la guerra en Ucrania, pero ahora ya todos sabemos que va para largo, que es una tendencia persistente y el anuncio de nuevas crisis políticas y sociales”.
Las causas de este rebrote inflacionario se explican por la ruptura de los suministros a nivel mundial y, especialmente, en el aumento de los beneficios empresariales repercutidos sobre el coste de los productos.
No se trata de que exista mucha demanda que la oferta no pueda corresponder, lo que podría presionar hacia un aumento de los precios; ni tampoco que los salarios suban por encima de los precios, todo lo contrario, están muy por debajo de la inflación. La depreciación de los salarios se confirma con este brutal dato extraído del Índice de Precios del Trabajo del INE: por el mismo trabajo en 2020 se ganó, en términos reales, un 6,4% menos que en 2008 (12 años antes).
Si aún se tienen dudas sobre la terrible inflación que producen las empresas solo hay que ver el informe que ha publicado la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de los que se toman algunos ejemplos sobre la disparidad de precios entre lo que se paga a agricultores y ganadores y lo que se cobra al consumidor, ejemplo: el huevo al productor se le paga 1.48 pesos y al consumidor se le cobra 1.77; la carne de cerdo 1.64 y 6.18, el pollo 1.32 y 3.24; el limón 0.49 centavos y al consumidor 2.44 pesos y lo mismo en otros productos.
Es especulación pura y dura que no se explica por los gastos de distribución, ni siquiera en lo que podría entenderse como beneficios aceptables o similares, son los beneficios empresariales los que impulsan la escalada de los precios y las cifras que publican son insultantes.
“Los beneficios empresariales -explican- son casi los únicos responsables del alza de los precios a finales del año pasado y principios del presente; estos beneficios fueron responsables del 106,3% del aumento de los precios en el cuarto trimestre del año pasado y en el primer trimestre de este año son responsables del 83,4% de la subida de precios”.
La desproporción entre el aumento de los beneficios empresariales y el bajo nivel de aumento salarial explica el crecimiento de las fortunas de los grupos empresariales.
¿Qué medidas se deben adoptar para detener este fenómeno inflacionario?
Se necesitaría una política decidida de control de precios sobre productos básicos y servicios necesarios para el país, como una energía asequible.
Se podría realizar inversión pública para ayudar en la relación directa entre productores y consumidores, reduciendo al máximo el superbeneficio de los intermediarios.
Se puede establecer impuestos especiales (o una establecer una reforma impositiva progresiva en la que paguen más impuestos quienes ganan más), para limitar beneficios extraordinarios.
Como una cuestión imprescindible, negociar con la iniciativa privada para firmar convenios sobre aumentos salariales que aseguren el mantenimiento del poder adquisitivo.
El debate sobre un pacto de rentas (control de los beneficios empresariales a cambio de pérdida del poder adquisitivo de los salarios) no puede hacerse a costa, como ya está pasando, de los salarios de las clases trabajadoras.