Karen Santos
En Puebla, como a nivel nacional, ya comenzó la carrera por el 2024. El ‘líder moral de Morena’, el gobernador Miguel Barbosa Huerta, dio el banderazo de arranque para todos sus funcionarios que se ven como sucesores, según él, para asegurar “piso parejo”. Luego de su llamado, obedientemente varios alzaron la mano por cuenta propia y otros salieron a la luz de boca de sus compañeros.
El primero en ‘destaparse’ fue el presidente del Congreso del Estado, el morenista Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien recibió el visto bueno del góber. Céspedes Peregrina fue alcalde de Tepeaca. Como muchos otros en Morena, salió del PRI, en 2018 se sumó a Movimiento Ciudadano y, posteriormente, a Morena.
El otro morenista que saltó de inmediato fue el actual subsecretario de Trabajo, Gabriel Biestro Medinilla, quien es reconocido como miembro fundador de Morena y un cuadro fiel del gobernador Miguel Barbosa, a quien le manejó su campaña en el 18 y cumplió sus designios en el Congreso cuando fue presidente de este en el periodo 2018-2021; sin embargo, nada de esto le bastó para conseguir una candidatura para el 21 y, cuando muchos ya se habían olvidado de su existencia, apareció en la subsecretaría de Trabajo, donde su paso ha sido, hasta la fecha, mediocre.
Una más de Morena fue destapada en varias ocasiones por el propio gobernador; se trata de Olivia Salomón, la titular de la Secretaría de Finanzas, a quien se le ve muy pegada a Barbosa en los eventos e, incluso, el propio gobernador le ha dicho a la gente que “habla como candidata”.
El último perfil de Morena, hasta el momento, es el titular de la Secretaría de Educación Pública, Melitón Lozano Pérez. Lozano intentó hacerse de una candidatura como diputado federal desde 2021, pero no lo logró y siguió en su puesto, en donde ha pasado con más penas que glorias. La gestión de Melitón se ha caracterizado por sus tintes represivos con maestros y estudiantes que le exigen que mejore las condiciones educativas a lo largo y ancho del país, pero siempre su respuesta ha sido la represión, echar a la policía y amenazarlos.
Esos, por ahora, son los funcionarios de Barbosa que sueñan con alcanzar la tan anhelada candidatura de su partido; falta, pero eso será en otra ocasión, hablar de los que se anticiparon al gobernador y desde hace tiempo se andan promoviendo en territorio poblano pretextando sus labores legislativas, es decir, de los primos Mier: el coordinador de Morena en el Congreso de la Unión, Ignacio Mier, y el senador por Morena Alejandro Armenta Mier.
También en los otros partidos ya empiezan a alzar las manos, a oírse nombres, a escuchar los típicos “voy a esperar los tiempos”; siempre de los mismos. Por ahora, los únicos que han sido herméticos son Movimiento Ciudadano, Partido Verde y el de la Revolución Democrática.
Cada temporada es lo mismo. Y ya podemos ver cómo, de aquí a los tiempos oficiales, los políticos de siempre van a hacer todo lo posible para posicionarse en el estado; ahora, mostrarán su cara ‘amable’ con la gente, se mostrarán cercanos, trabajadores, honrados y abnegados… aunque ya sabemos que son todo lo contrario.
Por eso, es importante recordarle a la gente desde ahorita que, históricamente, nunca ningún partido burgués, como los que tenemos aquí en México, ha solucionado el problema fundamental del país: la pobreza lacerante que afecta a más de la mitad de la población. Y no lo harán porque no son partidos emanados del pueblo, que sientan las necesidades del pueblo. El ejemplo más claro es Morena, que se presentó como la “esperanza de México” y en casi cuatro años ha llevado al país a la miseria.
Ante esto, no queda otra alternativa más que una: ¡Formar el partido de los pobres de México! Compuesto por los más humildes, por los trabajadores del campo y la ciudad; por todos los sectores de la población que buscan, de verdad, un cambio de sistema que favorezca a todos y no solo a unos cuantos. Aprestémonos, pues, sigamos con la tarea de organizar y concientizar al pueblo para que, más temprano que tarde, formemos el partido que tanto necesita México. Esa es la tarea. ¡Ni un paso atrás!