Por Leticia Montagner
Norma A. García Huerta, Directora de la asociación civil Yo Restauro Patrimonio, encargada de coordinar los trabajos de la recuperación de la Capilla Enterrada, informó que se concluyó a mediados de junio la primera etapa de recuperación y restauración.
La Capilla Enterrada del Siglo XVI, está ubicada en Zapotitlán de las Salinas, Puebla, en la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán que, en 2018, fue declarada Patrimonio Mundial Mixto por la UNESCO.
La capilla, única en su tipo hasta ahora, fungió como almacén para el resguardo de sal y se ubica dentro de un promontorio a un costado del Camino Real.
En la época prehispánica, la zona pudo ser habitada por tribus popolocas hace más de mil años, las cuales se asentaron en el sitio para trabajar en la producción de sal.
Según informo a diversos medios, Norma García, en los alrededores se ubica el sitio arqueológico de Cuthá, que significa el Cerro de las Máscaras, el cual ha sido estudiado, pero no está abierto al público.
El templo del siglo 16 fue cerrado desde la década de los 70 del siglo pasado tras desplomarse su bóveda y los arcos a causa de un sismo.
La Capilla Enterrada forma parte de los bienes comunales de Zapotitlán y hasta antes del colapso albergaba a la comunidad durante sus procesiones religiosas, sobre todo en Semana Santa.
El lugar originalmente se utilizó como almacén de sal, luego fue convertido en recinto religioso y revestido de murales en el siglo 16 por instrucción del dueño de los terrenos, un encomendero español.
Sobre la recuperación, Norma García indicó que en la primera fase hicieron un rescate y una restauración preventiva, porque las pinturas murales estaban muy delicadas.
Se nebulizó y se desinfectó el espacio para garantizar la seguridad de los expertos, debido a la detección de aves y murciélagos en su interior, los cuales por el excremento provocaron la erosión de los murales.
Se levantaron imágenes con drones, para revisar los daños en la bóveda, donde se detectaron cactus y mezquites con raíces que penetraron en la estructura y abrieron una serie de canales por los que ingresaba agua al interior.
Los trabajos emergentes, abundó García Huerta, incluyeron consolidación de muros con ribetes para fijar los aplanados en riesgo de colapsar, así como la inyección de cal donada por la firma Oxical para pegar nuevamente al sustrato y atajar su desplome.
De forma paralela, el arqueólogo y restaurador Daniel Juárez, con apoyo de la comunidad, removió el escombro que provocaba un declive al interior del templo, consolidó un muro que también tenía riesgo de desplomarse y selló una entrada de agua que fue detectada.
El trabajo de consolidación de los muros con ribetes se hizo en cerca de un 65 %, pero quedó pendiente la bóveda. Se colocaron ribetes en los aplanados que se conservan en el exterior, ya que se detectó el colapso de su vestíbulo, en donde hay pinturas.
Por ahora están cubiertas de tierra, pero más adelante iremos a limpiarlas y a consolidarlas, explicó. Los murales hechos a la cal y con pigmentos de distintos colores, las más antiguas son grisalla, es decir en blanco y negro y datan del siglo XVI.
Para evitar saqueos, se mantiene cerrada al público y para prevenir que vuelvan a ingresar aves y murciélagos. Según los pobladores, con anterioridad extrajeron un copón, unas pilas bautismales e imágenes de bulto, aunque no han detallado cuáles eran.
La experta comentó que dicha capilla es un bien particular, protegido por el INAH, ya que no fue edificada por algún grupo religioso, sino por el encomendero de la región.
Así que su resguardo está a cargo del Comisariado de la zona y ante la falta de recursos del INAH, la asociación Yo Restauro Patrimonio avanzará en los trabajos de restauración.
Norma García reconoció que aún no han definido el total de fases que deberán implementarse para concluir la restauración de la Capilla Enterrada.
La primera fase fue breve y se realizó mediante voluntariado, ya que los expertos debían regresar a sus centros de trabajo y para la segunda fase deberán realizar un fondeo, ya que el INAH no cuenta con recursos.
Vamos a tocar las puertas de empresas para que podamos pagar los servicios de los profesionales que se requieren. La asociación está en números rojos, la primera etapa se logró con donaciones en especie por parte de empresas, voluntarios y profesionales que cedieron su tiempo. Sin embargo, para la segunda etapa deberán reunir poco más de 500 mil pesos para el pago de los trabajos, concluyó.
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