César Sención Villalona, economista dominicano-salvadoreño con 37 años de experiencia en labores de investigación económica y social y docencia universitaria describe la fortaleza de la economía China en su artículo titulado “China: Crecimiento económico y reducción de la pobreza”, veamos: “Durante décadas, China ha registrado un crecimiento económico continuo y una notable transformación productiva. Incluso en 2020, cuando en la mayoría de los países se derrumbó la economía debido a la pandemia por el COVID-19, la economía China creció 2.3%.
En los años 2000 a 2021, China multiplicó por 15.6 su PIB, el cual pasó de US$1,184 miles de millones (3.7% del PIB mundial) a US$18,463 miles de millones de dólares, equivalentes al 18% del PIB planetario, el segundo del mundo e incluso superior al de la Unión Europea.
Esa sostenibilidad económica se fundamenta en el desarrollo de las técnicas productivas, la modernización y ampliación de la infraestructura física y básica, la mejoría en la productividad laboral y los notables avances en la ciencia, la tecnología y la innovación.
China lidera la producción de miles de bienes, es la primera exportadora mundial de mercancías y de productos finales de alta calidad. También está en el centro de las cadenas mundiales de suministros, es decir, su economía le da un soporte fundamental a la producción a escala planetaria. Su desarrollo técnico y científico es reconocido por todo el mundo y se expresa en todos los campos del saber.
Ese elevado crecimiento, que se inició hace casi cuatro décadas, no solo colocó a China en el segundo lugar entre las economías del mundo, sino que le ayudó a sacar de la pobreza a 800 millones de personas en los últimos 40 años, una cifra que equivale al 75% de la reducción de la pobreza mundial en ese período.
En 2020 China anunció que había erradicado la pobreza extrema o absoluta, relacionada con la insuficiencia de carencia de alimentos. Lo hizo 10 años antes de cumplirse los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Otros países con años de elevadas tasas de crecimiento mantienen una pobreza y una exclusión asombrosas, mientras aumenta la fortuna de una minoría opulenta. Ese no es, sin embargo, el caso de China, cuyo crecimiento ha permitido reducir la pobreza y no se basa en los beneficios de las guerras”.