“Muchas gracias por el apoyo que brindan a los deportistas”, dice la seleccionada nacional de voleibol Alejandra Tapia
Por Silvanna Mortera
09:00 de la mañana. Las puertas del deportivo Antorcha, ubicado en la Reserva 4 de Vergara Tarimoya del Puerto de Veracruz, ya están llenas. La pasión de los aficionados y familiares esperando a su equipo favorito podía sentirse. Pasadas algunas horas, a las 11:00 am del día el sol comenzó a brillar con mayor fuerza, el calor no se hizo esperar; sin embargo, el enardecimiento de los asistentes no disminuyó. La mayoría comenzó a comprar cosas de los puestitos para saborear las disputas. Las delicias jarochas llenaron las canchas.
A las 11:15 empezaron las justas. La pasión y el entusiasmo de la gente comenzaron a fluir, todos querían encontrar el mejor lugar para disfrutar de los distintos encuentros que tanto habían esperado. Empezó el primer set, el silbato sonó y los gritos de pasión de las porras familiares no se hicieron esperar. Olas hechas por todos, silbidos, saltos de emoción cada vez que sus respectivos equipos anotaban un punto.
A cada minuto que pasaba, los equipos dejaban lo mejor de sí para obtener la ventaja. Unos la conseguían, otros no.
Tres o cuatro sets después los aficionados estaban en la expectativa: “¡Uno!, ¡Uno!, ¡Uno!”, gritaban. Solo un punto faltaba para enmarcar la victoria. Los aficionados estaban ansiosos, se podían respirar el estrés y la emoción que reinaba en las gradas.
“¡Sube!, ¡Sube!, ¡Sube!”, seguido de aplausos y porras que se elevaban en el ambiente. Los jugadores toman un tiempo para respirar profundo. Se colocan, lanzan, y… tras una serie de toques: ¡punto! Al cerrar el marcador a favor de uno de los equipos: ¡gritos, aplausos y saltos de los aficionados inundaban el lugar! La alegría, la pasión y la emoción se respiraban segundo a segundo. La primera ronda terminó así, con un palpitar fuerte en el corazón de los presentes y las ganas de presenciar las que seguían.
El tiempo entre partidos estuvo lleno de festejos, pláticas, gritos y cantos. Hasta que el segundo encuentro llegó. Sonó el silbato y todas las almas unidas a favor de su equipo se unieron para, de alguna manera, apoyar a que esa segunda victoria llegara.
Esa pasión imperó las gradas los dos días en que se llevó a cabo el XIV Torneo Nacional de Voleibol organizado por el Movimiento Antorchista Nacional a través de su Comisión Nacional Deportiva.
En esta exhaustiva catorceava edición, participaron más de 2 mil deportistas, quienes buscaron dejar en alto el nombre de su respectivo estado a cada minuto.
Año con año, miles de niños y jóvenes de las 32 entidades federativas del país se dan cita en esta justa deportiva, misma que se tuvo que suspender dos años debido a la pandemia. El Torneo tiene el objetivo acercar e impulsar el deporte en todos los rincones del país y a todos los sectores sociales.
¡Domingo! Casi las 3:30 pm, termina la jornada deportiva. Con la presencia de más de 60 equipos, las categorías —en rama femenil y varonil— juvenil B, C; Libre estudiantil y Libre campesino, obrero y popular; se disputaron los primeros lugares del tablero.
Terminó la jornada deportiva y en la rama femenil, las voleibolistas del estado de Veracruz resultaron ganadoras de las categorías juvenil B y C, mientras que las del estado de Puebla se coronaron en la categoría libre estudiantil.
En la rama varonil, los atletas del estado de Oaxaca se llevaron el triunfo en la categoría juvenil B. En la juvenil C el estado de Veracruz; y, finalmente, en la categoría libre campesino, obrero y popular, resultaron campeones los jugadores del estado de Veracruz.
En el Torneo Nacional de Voleibol, no existen los premios económicos; los ganadores reciben una medalla que representa un galardón al esfuerzo, la disciplina y la dedicación a la que se someten durante varios años de entrenamiento.
Últimos momentos de convivencia. Alejandra Tapia Martínez, voleibolista desde los cinco años, participante de olimpiadas nacionales, preseleccionada nacional y jugadora de tres mundiales representando a México, ante entrevista y con emoción a flor de piel, aseguró que este torneo fue diferente: “el apoyo de los organizadores es fundamental y en esta ocasión fue super diferente a lo que estábamos acostumbradas”.
“¡No se rindan nunca, practiquen aquello que les apasiona!” -le dijo a las nuevas generaciones. “Muchas gracias por el apoyo que brindan a los deportistas”, agregó contenta como mensaje al Movimiento Antorchista Nacional.
Entre aplausos, risas, abrazos y algunas lágrimas, los voleibolistas regresaron a sus estados.