Hace 50 años, tras concluir sus estudios en un templo jesuita ubicado en San Ángel, en la Ciudad de México, los sacerdotes Javier Campo Morales y Joaquín César Mora Salazar iniciaron su vida pastoral en Puebla.
Los padres “El Gallo” y “Morita”, de 79 y 80 años edad, realizaron sus primeras acciones de labor social en la entidad poblana y después solicitaron a la Compañía de Jésus su traslado a la Sierra Tarahumara de Chihuahua.
Los misioneros se convirtieron en la autoridad moral de Cerocahui y la región, dominada por integrantes del crimen organizado, que este lunes los mataron a tiros junto a un hombre que pidió su protección.
Aunque ya se tiene identificado al probable responsable, no han sido localizados los cuerpos de los sacerdotes y del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, quien huyó de un hotel a la parroquia ante la amenaza de muerte.
En una misa realizada en el templo de San Ignacio de Loyola en la Ciudad de México, la Compañía de Jesús advirtió que desde el 2010 se observa una marcada descomposión social en México, con niveles de violencia alarmantes.
Aunque la Compañía reconoció riesgos para los sacerdotes de la parroquia de Cerocahui, los padres “El Gallo” y “Morita” se negaron a dejar a la comunidad, pues ellos suplieron a otro párroco que también fue asesinado.
Este miércoles, desde El Vaticano, el Papa Francisco lamentó el homicidio de sus hermanos jesuitas: “¡Cuántos asesinatos hay en México!”, denunció el máximo jerarca de la Iglesia Católica.