Aquiles Montaño Brito
Coyomeapan llora a sus muertos, exige la libertad de sus presos políticos y busca terminar con un cacicazgo que los ha explotado durante más de una década. El gobernador Barbosa es amigo de “Los Celestino” y usa al poder estatal en la defensa de los caciques. El presidente López no escucha a los indígenas que le piden ayuda y los ha dejado solos ante los crímenes que se cometen contra ellos. Y la duda es: ¿qué deben hacer los indígenas rebeldes para ganar su lucha?
La familia Celestino Rosas ha gobernado a Coyomeapan durante 12 años, arropados por varios gobernadores, diferentes partidos políticos y el crimen organizado. Se ha tratado de muchos años de un criminal cacicazgo reflejados en el aumento de la pobreza, el hambre y la ausencia total de la libertad y el progreso.
El Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2020 dice que en Coyomeapan la población en pobreza representa al 93.9%, que se divide en pobreza moderada el 43.6% y en pobreza extrema el 50.3%. En este municipio de la Sierra Negra de Puebla reina la miseria y el hambre: el 23% de la población sufre para “acceder a los alimentos”. El mismo reporte sostiene: “sólo el 0.2% de la población no es pobre ni vulnerable, ni por carencias ni por ingresos”. Esto, pues, son los ricos. Pero el mismo informe reporta que “en carencia por acceso a calidad y espacios de la vivienda se encuentra el 41.9% de la población, (que) la población que no tiene acceso a los servicios básicos en la vivienda llega al 85.2%, es decir, 12 mil personas (y que) el 44.5% sufre rezago educativo; el 91% no tiene acceso a la seguridad social”. El portal datamexico.org sostiene: “En 2020, 22.8% de la población en Coyomeapan no tenía acceso a sistemas de alcantarillado, 8.83% no contaba con red de suministro de agua, 2.44% no tenía baño y 2.04% no poseía energía eléctrica”.
Hervey Rivera González, politólogo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, dice: “la familia Celestino tiene los rasgos característicos de un cacicazgo, acentuado por lo alejado del municipio y la falta de acciones concretas del Ejecutivo y del Congreso para detener la hegemonía de la familia”. Y es que detener esa hegemonía no es un interés del gobierno de Miguel Barbosa. Él los apoya. En Tehuacán, el 6 de septiembre, cuestionado sobre las denuncias que hicieron los pobladores contra “Los Celestino”, el gobernador respondió: “que los denuncien y si el cacicazgo es constitutivo de delito que se sancione”. Barbosa se burló de los pobladores. El 1º de septiembre encarceló a tres líderes del movimiento Unidos por Coyomeapan, opositores a “Los Celestino”, e inició una campaña mediática para acusarlos de delincuentes. La diputada federal de Morena por Ajalpan, Inés Parra Juárez, sostuvo el día 7 de septiembre: “el mayor cacique de Puebla es Miguel Barbosa”. Y, obvio, entre caciques se ayudan.
David Celestino Rosas es originario de Santiago Miahuatlán y llegó a Coyomeapan a hacer negocio como doctor. Gracias a las relaciones políticas que hizo, en 2010, arropado por el PRI, logró la candidatura para la presidencia municipal y ganó; gobernando desde 2011 a 2014. Después lo sucedió su hermana Araceli Celestino, quien fue apoyada por el panismo de Moreno Valle. Araceli gobernó durante 4 años y ocho meses. Y en 2018, regresó David como presidente municipal. En las elecciones de 2021, los hermanos pusieron como candidato de la alianza Morena-PT a Rodolfo García López, esposo de Araceli. Ese sistema caciquil unió a los pobladores y en las elecciones de 2021 apoyaron a un solo candidato: el señor Guillermo Abasolo. El señor Abasolo perdió por 99 votos, debido a un fraude electoral que “no vio” el IEE. Los pobladores aseguran que en la elección los caciques repartieron despensas y dinero en efectivo, negociaron con el IEE, llenaron boletas y amenazaron a la oposición. Así “ganó” las elecciones Rodolfo García. Y ese “triunfo” del cacicazgo movilizó a la población, misma que tiene un plantón frente al palacio municipal como una forma de protesta. “Los Celestino” son cuadros de la 4T al grado de que Araceli ahora es diputada federal.
El portal ladobe.com.mx, publicó un reportaje titulado “El poder de los Celestino en Coyomeapan” en el que asegura que los hermanos han sabido “aliarse con los grupos de poder más fuertes (del estado), cambiando a su conveniencia (de grupo) para no perder fuerza y permanecer al mando”. Por ejemplo, “en sus inicios (David Celestino) fue arropado principalmente por Ignacio Salvador, mejor conocido como ‘Nacho Salvador’, presidente de Ajalpan, y por Leoncio González Mendoza, exalcalde de San Miguel Eloxochitlán, ambos prófugos de la justicia por varios delitos”. Ahora los Celestino tienen nuevos padrinos: “Entre los aliados políticos de la familia Celestino actualmente figura el gobernador del Estado, Miguel Barbosa Huerta, quien en ocasiones ha demostrado su apoyo públicamente. Entre los amigos de los Celestino está también Rosalío Zanatta Vidaurri y la dirigencia del Partido del Trabajo (PT), quienes en esta elección mostraron su apoyo incondicional para la ahora diputada Araceli y su esposo Rodolfo García López,virtual presidente municipal. Por si fuera poco, también se ha señalado la complicidad del Instituto Estatal Electoral con la familia Celestino, pues no atendieron las denuncias ciudadanas durante la campaña electoral de Rodolfo García, y hasta el momento no han podido resolver la situación electoral en el municipio”.
Estos nexos políticos los han salvado de pagar algunos crímenes que se hicieron públicos gracias a denuncias en la prensa. En las elecciones de 2015, cuando Nacho Salvador era candidato a diputado federal y competía contra la antorchista Edith Villa Trujillo, seis jóvenes antorchistas fueron secuestrados y torturados en Coyomeapan por órdenes de la policía municipal. Uno de ellos, afirmó que el comandante Quintana aseguró que la presidenta, Araceli Celestino Rosas, era la que había dado la orden para que los detuvieran y los golpearan. Debido a la denuncia ante la prensa y en las redes sociales, los jóvenes fueron liberados. La denuncia quedó registrada en la carpeta de investigación con número 1312/2015/TEHUA. Esa denuncia está entre los papeles olvidados de la justicia.
A finales de junio de 2018, un medio estatal denunció que “la presidenta municipal Araceli Celestino Rosas encubrió al comandante de la Policía Municipal, Nicolás N., quien asesinó a su esposa de dos disparos. El hombre fue ocultado en las cabañas propiedad de la familia de la alcaldesa. (…) El detenido fungía oficialmente como comandante de la policía, pero en los hechos era escolta de David Celestino Rosas, hermano de la presidenta municipal, y candidato a la presidencia municipal de Por Puebla al Frente, por lo que era empleado del municipio”.
El 22 de junio de 2018, “Jesús Saldaña Soto, candidato a la presidencia municipal de Coyomeapan por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) pidió una orden de protección a la Secretaría General de Gobierno, ante las amenazas constantes y de muerte que ha recibido de su adversario panista, el exalcalde David Celestino Rosas. (…) En un video que recibió este medio (municipiospuebla.mx), se escucha a un hombre armando y alcoholizado braveando: “Chucho Saldaña, se lo va a cargar su puta madre –momento en el que apunta a la cámara-; esta se la va a comer hijo de su puta madre…Chucho Saldaña es mi cuñado, pero se lo va a cargar su puta madre.” El hombre junto con otros que aparecen en el video está en lo que aparenta ser una cantina. Y, algunos de ellos han sido identificados como guaruras del ex priista y ahora candidato a la alcaldía de la coalición Por Puebla al Frente –PAN, PRD, MC-, quien es hermano de la alcaldesa en funciones, Araceli Celestino, que arribó a través de las siglas del PRI y del PVEM”.
Pero aquí no acaban los crímenes: El 9 de mayo, a las cinco de la tarde, sicarios con uniformes de policía estatal masacraron a varios indígenas de Coyomeapan. Asesinaron a Teófilo Barrera Herrera, de 24 años, a Marcelo Carrera Reyes, de 45 años, y a Omar, de 15 años. Dejaron heridos a nueve campesinos más, algunos muy graves. En un inicio, el gobernador Miguel Barbosa dijo que se trataba de delincuentes que atacaron a los policías estatales y que no había muertos. Pero tuvo que rectificar, porque los habitantes de Coyomeapan y un miembro de la Guardia Nacional aseguraron que fueron los uniformados como policías estatales quienes abrieron fuego contra los pobladores. Los poblanos deben conocer la historia de un pueblo contra un cacicazgo y solidarizarse con los rebeldes.
El Movimiento Antorchista sostiene que los cacicazgos hacen más feroz y horrenda la pobreza en las comunidades, por lo que es necesario su desaparición total. Festejamos que haya pueblos organizados que luchen contra ella, porque eso demuestra un cierto grado de educación política y hartazgo contra los sistemas opresores. En nuestra humilde opinión, el Movimiento Unidos por Coyomeapan debería buscar aliados a nivel estatal y nacional con los cuales se puedan ayudar para ganar una lucha que no es solo contra un cacicazgo, sino contra un gobierno estatal que, como saben, usa las armas para intentar someterlos.