Por Leticia Montagner
Cada año hay menos mujeres que se interesan en hacer su Servicio Militar Nacional (SMN).
Desde el año 2000, cuando el Gobierno Federal y el Ejército promovieron su participación voluntaria como una forma de fortalecer las acciones de equidad de género dentro de la institución, el número de mujeres que se inscriben ha caído cada año.
Durante los primeros años, la población femenina que se anotó para vivir la experiencia de la vida marcial tuvo un auge que con el paso del tiempo fue decayendo de forma gradual, según las estadísticas de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
De acuerdo a lo publicado por la Organización Editorial Mexicana (OEM), el primer año en que las mujeres pudieron participar se apuntaron 18 mil 88, cifra que nunca se volvió a alcanzar. Al año siguiente 2001, acudieron de forma voluntaria 12 mil 817 mujeres, un año después fueron 9 mil 888 y para 2003 participaron 9 mil 406.
En 2006, último año del sexenio de Vicente Fox Quesada, solamente 6 mil 647 mujeres buscaron hacer su Servicio Militar. En las administraciones federales posteriores la cifra de voluntarias siguió con la misma tendencia a la baja.
Durante el sexenio de Felipe Calderón, el de la llamada Guerra contra el Narco, donde el Ejército tuvo un papel protagónico, la participación femenina en el servicio bajó de 3 mil 826 personas en 2007 a mil 639 en 2012.
En la administración de Enrique Peña Nieto la cantidad de mujeres que se anotaron para hacer su servicio pasó de mil 711 en 2013 a mil 171 en 2018.
Y el actual gobierno, el de Andrés Manuel López Obrador, comenzó 2019 con mil 70 voluntarias. Un año después llegó la pandemia de Covid-19 y sólo 797 mujeres se anotaron, indicaron las cifras de la SEDENA.
Después, por la emergencia sanitaria, se determinó posponer el Servicio Militar tanto de hombres como de mujeres.
En otras palabras, entre los años 2000 y 2019, antes de la pandemia, la participación femenina se desplomó 94 %. Si se incluye 2020, primer año de la pandemia, el colapso fue de 96 %.
A pesar de que son cada vez menos, las mujeres que han acudido voluntariamente lo hacen porque desean formar parte de las Fuerzas Armadas en un futuro o tienen familiares en la milicia, que las incentivan a reclutarse en el SMN.
En el caso de los hombres, donde el servicio es obligatorio al cumplir 18 años, las cifras también han disminuido, aunque en menor proporción. En el sexenio de Vicente Fox, en promedio 425 mil jóvenes se inscribieron cada año; durante el calderonismo, 405 mil; en el peñismo, 403 mil y en los dos primeros años de la 4T, 329 mil.
La baja participación femenina se atribuye a la falta de difusión de las campañas del SMN y a la falta de presupuesto, explicó Paloma Mendoza, Directora de Coordinación de Análisis en M-B Consulting y miembro de Foretell Georgetown University. A esto se agregan los tabúes y el machismo intrafamiliar que prevalece en la población mexicana.
Las hijas que por alguna razón quieren hacerlo se enfrentan a los padres, incluso a las mamás y les dicen: Eso es para hombres. ¿Acaso eres lesbiana? Si quieres hacer algo, quédate aquí en la casa a ayudar a tu madre en los quehaceres del hogar. Eso se ve principalmente en las comunidades rurales, expuso Mendoza, también integrante del Comité de Investigación de la Red de Mujeres en Seguridad y Defensa en Latinoamérica y el Caribe (AMASSURU).
Al menos un total de 95 mil 722 mujeres han participado en el SMN entre los años 2000 y 2020. Según la página de internet de la SEDENA, el adiestramiento está programado en 44 sesiones sabatinas, sin distinción de sexo.
El tiempo de permanencia de la mujer voluntaria es opcional, tanto en el horario programado, como en las sesiones sabatinas del año correspondiente. Reciben un reconocimiento cuando hayan asistido como mínimo a 30 % de las sesiones sabatinas del programa de adiestramiento, participando en igualdad de circunstancias que los varones, realizando sus actividades, señaló la dependencia militar.
Las actividades a realizar comienzan por el pase de lista, parte y honores a la bandera y desayuno. Luego instrucción de orden cerrado, academias de Legislación Militar, Ética Militar y Civismo, Sanidad Militar, Plan DN-III-E, Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario, Conocimiento del Armamento, Medidas de Seguridad con el Armamento, Ecología, Educación Física, Defensa Personal y Prácticas de Marcha.
Apenas en 2020, a las mujeres que acudieron de manera voluntaria al servicio se les comenzó a entregar la Cartilla Militar, que sirve como documento oficial tanto en el país como en el extranjero.
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