Karen Santos
Morena en Puebla está perdido. Barbosa mismo lo reconoce; sabe que su partido, o al menos el partido que lo llevó a la gubernatura, no es más que un amasijo de lo peor de la vieja clase política mexicana y, por eso, se siente con la confianza de hablar sobre ellos. Recientemente, en una de sus mañaneras, que es su máxima tribuna, Barbosa aseguró que Morena tuvo que haberse consolidado en el 2018, pero no pudo; además, afirmó está lleno de malhechores que se reparten y venden candidaturas y, por si fuera poco, dijo que si Morena está dividida es porque no sabe qué hacer con un partido político.
Morena, dice Barbosa, no tiene idea de qué hacer; no sabe, pues, hacia dónde va, y en eso estamos de acuerdo, pues Morena nació de lo más viejo y ruin de otros partidos, infinidad de priístas y panistas han pasado pero ahora gracias a los ideales de López Obrador son morenistas de hueso colorado; no así Barbosa, pues si bien sigue buscando congraciarse con AMLO, lo cierto es que Barbosa y Morena en Puebla están peleados irremediablemente.
Barbosa aseguró no reconocer a la dirigencia de Morena en Puebla. “Yo con ellos no jalo”, dijo, porque “todos responden a opiniones e instrucciones de grupos nacionales”. Es decir, porque no están bajo sus órdenes. Por eso no “jala” con ellos y, en cambio, los tacha de “malhechores” y acusa que venden candidaturas e imponen a sus hijos, clara referencia al coordinador de diputados de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier, que tiene también a su hijo Nacho Jr. como edil del municipio de Tecamachalco y a su hija Daniela Mier como diputada plurinominal del Congreso de Puebla.
Pues bien, Morena en Puebla claramente no tiene rumbo. Barbosa lo sabe y por eso lo dice. Ya se acercan las elecciones de 2024 y Morena se está tronando los dedos pues no tiene cuadros, todos sus integrantes han salido de otros partidos políticos y, como bien lo dijo Barbosa, para variar, no tiene ideas. Morena es, pues, un partido hueco, cuyo único objetivo ha sido llenarse los bolsillos a costa de los más pobres; aquellos vicios que tanto criticaban de la clase política “tradicional”, ellos los han llevado al máximo, como ejemplo tenemos a Pío López Obrador, a Manuel Bartlett, al propio hijo de López Obrador, y un sinfín más, vaya, hasta el mismo Barbosa es un corruptazo de primera.
Barbosa ha dicho que no se entrometerá en las elecciones de 2024, pero que el ganador será sin duda uno de Morena, ¿si tanto acusa al partido de no haber podido consolidarse desde 2018 con el triunfo de AMLO, cómo es que sin meter las manos, otro morenista nos va a gobernar en el 2024? A uno no le quedan muchas dudas, pues bien se sabe cómo llegó Barbosa al poder en Puebla y que, además, en estas elecciones pasadas hizo y deshizo a sus anchas. Sabemos que más de la mitad del Congreso es gente de Barbosa y que incluso varios ediles, aún siendo de ‘oposición’, son gente servil al gobernador.
Hay un rayo de luz, sin embargo, en todo esta problemática: la gente, los poblanos de a pie, ya se han dado cuenta de que Morena no es el partido que los pobres tanto necesitaban; que los morenistas son peor incluso que los políticos de años pasados, que no hacen obras, que no dan apoyos y que tienen a los poblanos sumidos en la pobreza, en el desempleo, en el abandono y en el olvido; por eso es importante que, ahora más que nunca, se le diga a la gente cuál es su realidad, cómo es la situación en sus pueblos y colonias, en sus comunidades, en sus municipios, en todo el estado y, claro, en el país.
La gente debe saber que ni Morena ni ningún político emanado de esta clase podrá realmente hacer un cambio que beneficia a los más humildes el pueblo, pues debe saber que su situación va a cambiar el día que se decida organizarse junto a sus iguales y, decididos, den la lucha por la construcción de una patria más justa para todos. Es decir, el día en que el pueblo pobre tome el poder político de este país, ese día todos los pobres y olvidados de México podrán estar seguros de que su gobierno trabaja para ellos; ya se han hecho ensayos en varios lugares, por ejemplo Tecomatlán y Huitzilan, donde los gobiernos son emanados del mismo pueblo, cuentan con su apoyo y además trabajan de la mano con él, por lo que los resultados y beneficios saltan a la vista de todos, su calidad de vida ha mejorado considerablemente y eso mismo queremos para todos los pueblos del estado y de México, pero ese cambio no lo va a lograr un partido disfrazado de “la esperanza de México”, ese cambio como ya dijimos lo va lograr el pueblo pobre consciente y organizado. A eso los invitamos: a dar la lucha, compañeros, ¡ni un paso atrás! La historia nos está hablando y no podemos quedarnos sin atender a su llamado a la lucha.