En una operación preparada por Estados Unidos y la Unión Europea excluyeron a Rusia del sistema de mensajería financiera internacional SWIFT y congelaron gran parte de sus reservas de divisas por valor de 630 mil millones de dólares a los pocos días de la invasión de Ucrania.
Las sanciones tienen el objetivo, según sus promotores, de quebrar la economía rusa; propósito que, hasta el momento, no han conseguido. No obstante, se han bloqueado las cadenas de suministros de productos como el trigo, el maíz, los fertilizantes, el gas y el petróleo que vende Rusia, porque no hay forma de pagarlos, pues de depositarlos en la banca internacional el proveedor no puede disponer de los recursos.
Por esto, Rusia estableció una nueva forma de pago por el suministro de energéticos: se paga en los bancos rusos en euros o dólares y se realiza la conversión en rublos. Los países que se negaron a pagar en rublos fueron Polonia y Bulgaria por lo que, se les dejó de suministrar gas.
La aplicación de sanciones contra Rusia fue un hecho denunciado por Rusia como ilegal porque contraviene el derecho internacional y como robo de sus activos. No obstante, estas sanciones han generado desconfianza en el sistema bancario internacional y en las divisas del dólar y el euro.
Lo que ha provocado el temor en Pekín de que China sea golpeada con medidas punitivas si se ve que infringe las sanciones antirrusas. El presidente chino, Xi Jinping, ha expresado su oposición a la guerra de poder de Estados Unidos contra Rusia, pidiendo negociaciones, y se ha negado a respaldar las resoluciones patrocinadas por Estados Unidos contra Rusia en la ONU.
De acuerdo con un informe del Financial Times (FT) publicado el fin de semana, los reguladores financieros chinos celebraron una “reunión de emergencia” el 22 de abril con bancos nacionales y extranjeros para discutir cómo podrían proteger los activos del país en el extranjero del tipo de medidas impuestas a Rusia.
El peso de China en los mercados financieros internacionales es mucho mayor que el de Rusia. Se calcula que China posee 1,5 billones de dólares en valores estadounidenses, incluidos más de 1 billón de dólares en bonos del Tesoro de Estados Unidos. En total, China posee 3,2 billones de dólares en activos extranjeros.