Hay dos noticias, una buena y una mala. La buena es que finalmente la corte y el gobierno de Joe Biden se pusieron de acuerdo y el próximo 23 de mayo quitarán la barrera del Título 42 en su frontera con nuestro país; la mala es que la manipulación de esta medida podría generar no una ola, sino un tsunami migratorio desde el sur del continente.
Estados Unidos no sería el único afectado, México y Guatemala se mantienen entre la espada y la pared con el compromiso que hicieron ante el gobierno norteamericano para controlar el flujo migratorio en sus respectivas fronteras.
Desde la imposición de esta política, durante el gobierno de Donald Trump, se han registrado más de 1.7 millones de deportaciones en la franja fronteriza, el principal argumento es la contingencia sanitaria por la pandemia y los protocolos para evitar que se disperse el virus.
Niñas, niños, mujeres embarazadas son deportados el mismo día que son detenidos o que se entregan voluntariamente a la patrulla fronteriza sin respetar el debido proceso de solicitud de asilo, sobre todo si son mexicanos.
Cientos todavía permanecen en los estados fronterizos en espera de que el sistema migratorio norteamericano, que se encuentra colapsado, les responda su solicitud de asilo. Otros miles regresaron en decenas de vuelos desde Estados Unidos a la frontera entre México y Guatemala sin la esperanza de que, con las grandes cantidades de dinero que pagaron, su sueño de trabajar en la Unión Americana se convirtiera en una realidad, ahora tendrán que empezar desde cero en sus respectivos países.
Texas amenaza con llevar la crisis fronteriza a Washington
En cuanto se anunció la futura conclusión del Título 42, el gobernador de Texas, Greg Abbott manifestó su inconformidad, dijo que esta medida dará el mensaje erróneo de que la frontera está de puertas abiertas para los migrantes sin documentos, con el riesgo de que la crisis humanitaria que prevalece en la frontera entre México y Texas se desborde a partir de la última semana de mayo.
El mandatario texano ha reprochado una y otra vez al presidente Joe Biden que, en lo que va de su gobierno, no ha visitado la frontera para conocer la problemática que representa para ese estado fronterizo la llegada constante de decenas de migrantes que son llevados por los polleros.
Por lo anterior amenazó que, si Joe Biden no va a la frontera, entonces su gobierno llevará la frontera a Washington transportando a cientos de migrantes en autobuses o en aviones para que la Casa Blanca no termine con la política migratoria heredada por Trump y se siga deportando inmediatamente a todo aquel que busque ingresar a territorio norteamericano sin documentos.
Y es que el anuncio de que serán enviados 600 elementos más que refuercen los trabajos de la patrulla migratoria no es suficiente para Greg Abbot, por ello seguirá encarcelando migrantes y colocará alambre de púas en la parte baja del Río Bravo para evitar que lleguen más lanchas con indocumentados.
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