El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado desde su inicio por asegurar que todo lo que hicieron los regímenes anteriores estaba mal, podrido, y, por ende, debía ser destruido. La 4T ha seguido la lógica de destruir en lugar de corregir lo que es, a todas luces, una decisión muy poco inteligente.
Así, AMLO ha quitado el Seguro Popular, Prospera, diversos programas sociales y, el última de la lista fue el programa de Escuelas de Tiempo Completo, que ofrecía a las familias jornadas escolares de entre seis y ocho horas diarias con actividades extracurriculares y alimentación.
Este programa permitía promover un mejor aprovechamiento del tiempo disponible, generar un mayor desempeño académico y el desarrollo de actividades relacionadas con el conocimiento del civismo, humanidades, ciencia y tecnología, artes, música, educación física y la protección al medio ambiente.
Pero este lunes fue eliminado y, con ello, en Puebla más de 93 mil estudiantes de educación básica, es decir, de preescolar, primaria y secundaria, que se encuentran inscritos en los 661 planteles con el Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), quedaron desamparados.
Tanto los niños, como sus familias, quienes veían en este programa un apoyo, deberán buscar la manera de seguir adelante con su educación, en un país en donde poco se apoya de verdad a quienes buscan superarse y el propio presidente los ataca llamándolos despectivamente ‘aspiracionistas’.