Antonio Escamilla Meza
Decía “Radiopolis” y “Andres”, así, sin acento; “Washinton”, así, sin g; y “residente”, en vez de presidente, en lo que pretendió ser un documento cuasi oficial para exhibir el supuesto ingreso anual del periodista Carlos Loret de Mola y compararlo con el ingreso del titular del poder ejecutivo de la nación. “Formalmente les voy a pedir que soliciten al SAT, a Hacienda, para que me certifiquen los datos”, “…él gana como 15 veces más que yo”, dijo eufórico el presidente refiriéndose al periodista en cuestión.
Ante esto, Carlos Loret contestó en su cuenta de Twitter: “El presidente está acorralado. No sabe cómo zafarse del escándalo de la casona de su hijo (José Ramón López Beltrán). Y hoy me vuelve a calumniar y encima me pone en riesgo al revelar montos inflados y falsos de supuestos ingresos. Es gravísimo. Es un delito. Está fuera de sí este aspirante a dictador”.
Ante esto, The Washington Post publicó una nota de Kevin Sieff: “Un día después de que un quinto periodista fuera asesinado en México en seis semanas, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lanzó otra diatriba contra la prensa. […] La tarde del jueves 1 de febrero, Heber López Vásquez, periodista de RCP Noticias en el estado de Oaxaca, fue asesinado a tiros cuando regresaba a su casa después del trabajo. Tenía 39 años”.
Forbes México publicó: “Las acusaciones del presidente contra Loret de Mola y otros periodistas generan una narrativa que presenta a la prensa como adversario, advirtió Artículo 19… Pese a la violencia contra la prensa en el país, que suma seis periodistas asesinados en lo que va de año, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó este viernes a varios comunicadores de mercenarios y exhibió el salario del conductor Carlos Loret de Mola”.
En una nota de El País atribuida a Pablo Ferri, en relación con el caso se lee: “W Radio, una de las emisoras de Prisa, empresa editora de El País, recuerda que exhibir datos confidenciales de un ciudadano violenta el derecho a la privacidad consagrado en la Constitución y considera que emplear recursos del Estado y la investidura presidencial en represalia por su trabajo, constituye un acto de intimidación y abuso de poder”.
Por su parte el portal de internet El informador desarrolla así una nota informativa: “La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de revelar los datos fiscales del periodista Carlos Loret de Mola es una bajeza que solo puede ser explicada como venganza, abre la puerta a más violencia e intolerancia contra la prensa y busca silenciar a los reporteros y medios de comunicación. Así lo advirtió este viernes el periodista argentino Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y director del diario La Voz del Interior, de Argentina”.
Según el medio informativo Proceso, “la Barra Mexicana de Abogados (…) consideró que (el presidente) podría haber cometido un delito al violar el derecho de los contribuyentes al secreto fiscal, como lo establece el artículo 69 del Código Fiscal de la Federación… que lo hecho por el presidente López Obrador es también una clara violación al artículo16 de la Constitución, en lo que se refiere al derecho humano a la protección de los datos personales”.
De acuerdo con estos ejemplos, de muchas declaraciones que surgieron por los ataques del presidente, considero que López Obrador está perdiendo la batalla mediática por su necedad, prepotencia y orgullo desmedidos. En vez de haber condenado el asesinato de otro periodista más y de comprometerse a frenar la ola de violencia e inseguridad en el país (que ya arrojó más de 111 mil 700 homicidios dolosos en este sexenio, cifra superior al mismo periodo de Enrique Peña Nieto, que registró 67 mil 388, al del expresidente Felipe Calderón cuando se registraron 45 mil 417 homicidios dolosos, y al del gobierno del expresidente Vicente Fox, en que se registraron 43 mil 77), vuelve a enfilar sus baterías visceralmente y abusando de su poder, contra otro periodista porque éste se ha atrevido a cuestionar al régimen morenista y en particular porque exhibió la vida de lujos que se da uno de los hijos del mandatario. Está perdiendo la batalla mediática, porque a cuál más ve que, en vez de preocuparse por los más de 5 millones de contagios y más de 300 mil muertes por el coronavirus, se enfrasca en una discusión por cuidar su aparente imagen impoluta, casi franciscana.Está perdiendo la batalla mediática porque ya mucha gente ve que se aferra a un enfrentamiento estéril para el país y no da soluciones serias al problema del decrecimiento económico ni a la terrible inflación que sufren millones de mexicanos, ni a la pobreza en que se debate el 97% de la población mexicana.
López Obrador está perdiendo la batalla mediática, la batalla económica, la batalla contra la pandemia y contra la inseguridad por su arrogancia, su ignorancia y porque es muy mal gobernante; por ello, también perderá sin remedio la batalla política. Solo hace falta que al pueblo humilde y trabajador se le explique pacientemente para que entienda, se concientice, se organice y luche para tomar el poder político en sus manos y enderezar las riendas del país.